EL REENCUENTRO (Remembranzas)
EL REENCUENTRO
(Remembranzas)
D. R. Raúl
Florencio Lugo Hernández
Calles 14 y15
av. 19 Nº 1450
Agua Prieta,
Sonora.
Diseño de
portada: Janneth Lugo Robles
Primera
edición:
ISBN: en tramite
ÍNDICE
1.- PRÓLOGO
2.- SENTENCIA
CUMPLIDA
3.- PROBLEMA
DE SALUD
4.- DIRIGENTE
SINDICAL
5.- REUNIÓN
DE TRABAJO CON EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
6.- MI CAÍDA
COMO DIRIGENTE SINDICAL
7.-
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE MADERA”
8.- A 38 AÑOS
DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
9.- IV
ENCUENTRO NACIONAL DE EX MILITANTES DEL MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA
10.-
CONMEMORACIÓN DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
11.-
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “DEL CUARTEL A LECUMBERRI”
12.- 1ª
ASAMBLEA NACIONAL DE IZQUIERDAS SOCIALISTAS
13.- 40
ANIVERSARIO DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
14.- 3ª
EDICIÓN DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE CIUDAD MADERA”
15.-
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE CIUDAD MADERA”
16.- HOMENAJE
A MIGUEL QUIÑONES PEDROZA
17.- DOÑA
MARÍA HERCULANA ADAME DE LA CRUZ
18.- ESTELA
QUIÑONES PEDROZA
EL REENCUENTRO
(REMEMBRANZAS)
SENTENCIA
CUMPLIDA
Al cumplir mi
sentencia de 5 años y 6 meses, los carceleros me entregaron mi boleta de
libertad y salí del penal de Santa Martha, Acatítla. Un tanto incrédulo, cuando
ya respiraba aires de libertad, me dirigí al domicilio de la familia Villanueva
Vélez. Don Felipe había sido quien, entre otros compañeros, me proporcionó
ayuda durante el tiempo que permanecí recluido; su madre, Doña Aurora, se había
hecho cargo del cuidado de mi niña Alicia. También me proporcionaron, en el
edificio de departamentos de su propiedad, una habitación para que me
instalara, por lo menos mientras decidía que hacer en el tiempo venidero. Días
después fui a visitar a Bertha Vega que, en aquel tiempo, radicaba en el Distrito Federal. Había sido
ella el enlace con la representante de Editorial V siglos, para la publicación
de mi libro “Salud y Belleza a Través del Yoga”.
Habiéndome, más
o menos, acostumbrado a la libertad, busqué trabajo y fue la Sra. Georgina
Greco, gerente de Editorial V Siglos, quien trató de ayudarme dándome empleo
como vendedor de libros pero fracasé, pues no tuve habilidad para desempeñar
aquel trabajo.
No busqué a
quienes me habían dado protección y ayuda cuando llegué al Distrito Federal, procedente
del estado de Chihuahua, que fueron el Ingeniero Raúl Álvarez E., el Doctor
Raúl Villegas y el Odontólogo Mario Trejo; no lo hice porque cuando caí a la
cárcel perdí el contacto y no volví a tener noticias de ellos durante el tiempo
que estuve en cautiverio.
Posteriormente
me trasladé a la ciudad de Agua Prieta, Sonora, donde vivían mis hermanas
Socorro y María Elena quienes, en compañía de sus respectivas familias, me recibieron con jubilo y a la vez
desconcertadas, pues les parecía imposible verme en libertad y allí, ante
ellas. Unos días después, llegaron procedentes de Nuevo Casas Grandes, mi madre
Celestina y mis hermanos Manuela y Rodolfo.
Después de
saludar y convivir con mi familia, yo pensaba regresar al Distrito Federal,
pero mis hermanas insistieron en que buscara trabajo en Agua Prieta y lograron
convencerme. Mi primer empleo fue como instructor de yoga en un gimnasio de la
localidad. Allí conocí a una joven cuando fue a inscribirse para la práctica yóguica;
con ella empecé una relación sentimental que terminó en matrimonio. En una ciudad como Agua Prieta, aún siendo una
entidad fronteriza, las prácticas esotéricas tienen poca aceptación, por lo
que, al poco tiempo me vi en la necesidad de buscar otro empleo, logrando
colocarme en la empresa maquiladora Rogers Mexicana. Era la primera vez que
trabajaba como obrero en una fábrica. En dicho empleo tuve la oportunidad de
convivir con gente de mi condición social, a quienes orientaba en sus problemas
y sus derechos laborales. Los trabajadores me nombraron su representante ante
la gerencia de la empresa.
PROBLEMA DE
SALUD
La primera,
de cuatro niñas que procreamos mi esposa y yo nació con problemas de salud. A
los pocos meses de nacida le fue detectado un padecimiento cardiovascular; fue
atendida en el Instituto Mexicano del seguro Social, pero los médicos se
declararon incompetentes y ordenaron su traslado al seguro de la ciudad de
Hermosillo, Sonora. Después fue trasladada al Centro Médico de Occidente de la
Ciudad de Guadalajara, Jalisco.
El
padecimiento de mi hija requería de una intervención quirúrgica de alto riesgo;
por lo que la operación no se podía llevar a cabo hasta que la niña superara
los tres años de edad. Fueron muchos los viajes a Guadalajara para asistir a
las citas médicas. Los viáticos que me proporcionaba el instituto eran
insuficientes para solventar los gastos generados por viajes y estancia en la
urbe mencionada; por lo cual decidí
trasladarme al Distrito Federal, con la intención de hacer contacto con los
compañeros que, años antes, me habían proporcionado protección y ayuda.
En el zócalo
capitalino abordé el “metro” para trasladarme a la colonia Algarín; descendí
del transporte colectivo y caminé hacia Toribio Medina no. 116, domicilio del
compañero Felipe Villanueva. Un poco antes de llegar me detuvieron dos
individuos, vestidos de civil, quienes dijeron ser policías; me subieron a un
automóvil particular y mientras uno manejaba el otro me registraba de pies a
cabeza, quitándome el poco dinero que llevaba. Me dejaron en un lugar, para mí
desconocido, y tuve que caminar tratando de orientarme para poder llegar al
domicilio de Don Felipe.
A lo lejos
miré unos edificios que me parecieron conocidos; ya cuando estuve cerca me di
cuenta que eran los condominios donde vivía el Ingeniero Raúl Álvarez. El
saludo fue inexpresivo. Le platiqué lo que me acababa de suceder; me estuvo
haciendo preguntas a las cuales respondí y también tuve la oportunidad de
aclarar malos entendidos. A final de cuentas me dio una ayuda económica y así
pude regresar a la ciudad de Guadalajara habiéndome comprometido a regresar
para, con trabajo, corresponder a la ayuda recibida. Días después los médicos
dieron de alta a mi hija y fijaron fecha para la siguiente cita. La niña ya había
cumplido la edad requerida para llevar a cabo la operación quirúrgica.
Había que
regresar a la ciudad de Agua Prieta mientras
llegaba el día señalado por los médicos para internar de nuevo a mi
pequeña. Debido a la escases de dinero, decidí regresar al Distrito Federal,
porque –pensé- en la ciudad capital había mas posibilidades de trabajo. Al
llegar a la gran urbe me dirigí al domicilio del compañero Felipe, pero ahora
iban conmigo mi esposa y mi hija. Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que la
familia Villanueva no se encontraba en su domicilio, por lo que tuvimos que
pasar la noche bajo la escalera que daba acceso al edificio de departamentos,
propiedad de la Señora Vélez.
Al día
siguiente, la preocupación me abatía, pues de momento no sabía que hacer o a
donde dirigirme; sin saber por qué, decidí trasladarme, con mi mujer y mi hija,
al zoológico de Chapultepec. Recorrimos las instalaciones observando a cada uno
de los habitantes de aquel lugar y poco después buscamos en donde sentarnos
para descansar. Un joven pasó cerca de nosotros. Me quedé mirándolo y… ¡Grande
fue mi sorpresa! Era el Doctor Raúl Villegas. Hacía mucho tiempo, años, que no
tenía noticias de él, por lo que aquel encuentro inesperado fue para mí, motivo
de alegría y una esperanza de solución a los problemas que me aquejaban. Después
de un saludo muy afectuoso, le hice saber parte de los problemas por los que
estábamos atravesando, motivo por el cual nos encontrábamos en aquel lugar. El
joven médico prometió ayudarnos; nos invitó a comer y luego nos llevó al
departamento de una pareja de amigos suyos. Se despidió prometiendo regresar al
día siguiente. Un día después nos hospedó en un hotel mientras –dijo-
encontraba un lugar donde pudiera alojarnos durante nuestra permanencia en la
ciudad capital.
Dos días
después, el Doctor Villegas regresó para decirnos que ya tenía a donde
llevarnos; que había localizado a Gladys Guadalupe López; que Gladys había
aceptado darnos alojamiento en su casa y nos estaba esperando en una estación
del “metro”. Fue así como llegamos a casa de la familia López Hernández, de
quienes guardo muy bonitos recuerdos y un gran agradecimiento.
Tiempo
después regresamos a Guadalajara; se llevó a cabo la intervención quirúrgica y
todo salió bien, en apariencia; cinco días después, mi niña falleció.
DIRIGENTE
SINDICAL
Regresamos a
la ciudad de Agua Prieta. Busqué trabajo y me ocuparon en la empresa maquiladora
Equipo Automotriz Americana. Pasaron los meses y yo seguí orientando a los
compañeros de trabajo en sus problemas laborales.
El Diputado
Rodolfo Audelo Neri, Secretario General
de la CTS-CROC en el estado de Sonora, organizó una asamblea para elegir al
Secretario General del sindicato de las maquiladoras; esto debido a que la Secretaria
General anterior había sido destituida del cargo, por incurrir en problemas
administrativos. La asamblea fue organizada por acuerdo de la dirigencia
estatal, de autoridades estatales y de la asociación de maquiladoras de Agua
Prieta, sin tomar en cuenta a los, casi
cuatro mil, obreros afiliados al sindicato.
Cuando se
llevó a cabo la asamblea, ante la presencia
del gobernador del estado Samuel Ocaña García, a los trabajadores nos
llevaron en grupos de representación a las instalaciones del Cinema Ariel donde
se realizó el evento. Se armó tan bien el tinglado que la asamblea concluyó con
el nombramiento, como secretario general del sindicato, del Sr. José Soto,
candidato único e incondicional de Rodolfo Audelo Neri.
A partir de
entonces, Arcelia Alejandrez, Justo Tirado y yo iniciamos un movimiento obrero
tendiente a destituir al Secretario General impuesto por la dirigencia de la
CTS-CROC. Fueron muchos meses de lucha constante, de asambleas al aire libre,
de mítines y de viajes a Hermosillo a la Junta Local de Conciliación y
Arbitraje del Estado de Sonora. El Secretario General de la CROM estatal,
Rosario Cortez Gámez, nos ofreció su apoyo ante la Junta de Conciliación y
Arbitraje, para llevar a cabo los tramites relativos a nuestro movimiento.
Logramos
nuestro objetivo. El Secretario General del sindicato, José Soto, fue
destituido. La Junta de conciliación y Arbitraje otorgó el nombramiento como
Secretaria General a Arcelia Alejandrez. El tiempo pasaba. Hicimos los trámites
correspondientes ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, para cambiar al
sindicato de la CTS-CROC a la CROM. No fue fácil, pero lo logramos. En el
sindicato hubo cambios que beneficiaban a los obreros; es decir, en los
contratos colectivos de trabajo se iban logrando prestaciones importantes que
antes no tenían los trabajadores. Pero, empezaron los problemas entre Arcelia
Alejandrez y Rosario Cortez Gámez. El dirigente estatal, influyente en la Junta
de Conciliación y arbitraje, promovió la destitución de Arcelia, logrando, en
poco tiempo, quitarla de la Secretaria General. Cortez Gámez me cito en la
Junta de Conciliación, para darme el nombramiento como Secretario General
interino. Pedí una explicación a cerca de la destitución de Arcelia Alejandrez.
El abogado de la CROM, ante un funcionario de la Junta Local de Conciliación,
me dijo: “Mira, el nombramiento era para Eliseo Núñez, pero no acudió a la
cita; si no lo aceptas tú, no hay problema; Cortez tiene a quien poner al
frente del sindicato”.
Fue así como llegué a ocupar el cargo de
Secretario General del Sindicato de Obreros y Obreras Industriales Conexos y
Similares del Municipio de Agua Prieta, Sonora. El nombramiento que me acreditaba
cono secretario general del sindicato, fue motivo de envidia y descontento
entre algunos politiquillos y funcionarios locales.
Mi objetivo
era valerme de esta organización obrera, con la finalidad de lograr mejores
beneficios para los trabajadores. Logré hacer tres promociones de vivienda ante
Infonavit y, a diferencia de las centrales obreras CTS-CROC y CTM, yo sí
entregué las viviendas a los trabajadores sin pedirles dinero a cambio; el
único requisito era que estuvieran afiliados al sindicato, lo cual perjudicaba
los intereses de los dirigentes de las centrales obreras antes mencionadas,
incluyendo a los de la CROM estatal.
REUNIÓN DE
TRABAJO CON EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
En aquel
tiempo, el licenciado Bulmaro Pacheco Moreno participaba de manera importante
en la política a nivel estatal. Sin yo solicitarlo, fui registrado como
candidato a diputado local suplente por el V distrito electoral; hecho al que
no le di importancia pero sí causó
incomodidad en los dirigentes de la CROM estatal, pues ellos sí buscaban acomodarse
en puestos públicos con los gobiernos priistas. También me llegó la invitación
para participar en una reunión de trabajo que se llevaría a cabo en la Ciudad
de Nogales, Sonora, programada para el día 7 de julio de 1987, misma que sería
encabezada por el presidente de la república Miguel de la Madrid Hurtado. Los
organizadores de dicho evento me hicieron saber que tenía que elaborar un
escrito para presentarlo en la reunión. El encabezado de mi ponencia fue
“Relaciones laborales y Problemática de los Trabajadores en la Frontera”. Se me
informó que mi trabajo tenía que ser presentado primero al gobernador del
estado Ingeniero Rodolfo Félix Valdés, para su aprobación, por lo que tuve que
trasladarme a la ciudad de Hermosillo.
Ya estando de
nuevo en Agua Prieta, me llamó el presidente municipal Bernardino Meza Ortiz,
para comunicarme que los organizadores del evento lo habían responsabilizado de
mi traslado a la Ciudad de Nogales. Meza Ortiz y un colaborador de él, ex
presidente municipal, conocido como el Químico Bernal, me llevaron hasta la
puerta de entrada del edificio sede de la reunión. En el local se encontraban
las personas que participarían en los trabajos programados. Un individuo, no
estoy seguro pero creo que pertenecía al
Estado Mayor presidencial, nos ordenó, al Ingeniero Marcelino Bauza y a mí, que
nos trasladáramos a la entrada del edificio y nos dio instrucciones para que
diéramos la bienvenida al señor presidente y su comitiva. El Ingeniero Bauza
intrigado me preguntó: “¿Por qué nos mandarían a nosotros?” No sé –le contesté-
no tengo la menor idea. (Ni yo mismo me explicaba el por qué de mi registro
como candidato a diputado local suplente y mucho menos el hecho de que me invitaran
a participar en aquel evento político).
Afuera del edificio había una multitud
compuesta en su mayoría por priistas del estado. En el recinto nos reunimos:
Miguel de la Madrid Hurtado presidente de México, Carlos Salinas de Gortari Secretario
de Programación y Presupuesto, Héctor Hernández
Cervantes Secretario de Comercio y fomento Industrial y algunas
personalidades de la comitiva presidencial. Por el estado de Sonora el
Ingeniero Rodolfo Félix Valdés gobernador del estado, Cesar José Dabdoub Chávez presidente municipal de Nogales, Francisco
Mendivil Estrada representante de la industria maquiladora Local, Edgardo
Flores Urbina presidente de la CANACO de Nogales, Raúl F. Lugo Hernández
secretario general de la CROM de Agua Prieta y el Ingeniero Marcelino Bauza Rosete director del
Tecnológico de Nogales. Dieron inicio los trabajos con la intervención del
Ingeniero Rodolfo Félix Valdés que también fungió como moderador en la reunión.
A continuación se dio lectura a cada una de las ponencias. Hubo un receso de 15
minutos. Se reanudaron los trabajos con un dialogo entre los asistentes y el
señor presidente de la república que duró aproximadamente una hora. De regreso
a Agua Prieta el Químico Bernal, platicando con Bernardino Meza, profirió una
amenaza velada “…nomás que no se vayan a equivocar de candidato porque se arma
la bronca” (se refería a la candidatura para presidente municipal).
MI CAÍDA COMO
DIRIGENTE SINDICAL
Mis problemas
como dirigente sindical empezaron cuando descubrí que el secretario general de
la CROM a nivel estatal, Rosario Cortez Gámez, estaba haciendo el gran negocio
con las promociones de vivienda; es decir, hacía las promociones ante
Infonavit, cobraba el dinero por medio de una empresa constructora “fantasma” y
no construía las casas. Hice la denuncia ante los directivos de la CROM
nacional. Lo que yo ignoraba es que dicho individuo estaba en contubernio con el secretario de gobierno y con el director
de Infonavit, con quienes compartía el producto del fraude a los trabajadores.
Se destapó la cloaca y fueron separados de sus cargos el secretario general de
la CROM y el director de Infonavit, pero no el secretario de gobierno quien se
fue en mi contra con todo el poder de su cargo, dando “luz verde” a
funcionarios locales y a periodistas para que me atacaran con la finalidad de
desacreditarme como dirigente obrero.
Los acontecimientos dieron un leve giro a mi
favor, pues Carlos Humberto Arvisu Apodaca fue nombrado Secretario General de la
CROM estatal y yo quede como Secretario del Exterior. Los incondicionales del
secretario de gobierno no pudieron atacarme legalmente y empezaron los “golpes
bajos”; es decir, valiéndose de ofrecimientos lograron poner en mi contra a
tres de mis “compañeros” de la mesa directiva. A Justo Tirado le ofrecieron el
cargo que yo ocupaba (la secretaría general del sindicato) y “hueso” en el H.
Ayuntamiento si se ponía en mi contra. Sin pensarlo mucho acepto el
ofrecimiento. En una ocasión llegó a mi oficina una joven, menor de edad (16 o
17 años), quien me pidió que la instruyera en cuestiones sindicales, accedí a
la petición pero pronto me di cuenta de que había sido enviada para hacerme
caer en la provocación y así tener motivos para poder atacarme. En otra ocasión
convencieron a un ex delegado sindical para que me provocara. Me insultó de tal
manera que me hizo perder el control; le di dos golpes en la cara, motivo por
el cual fui consignado y procesado por el delito de lesiones, lo cual era totalmente
falso, en realidad no hubo lesiones, pero de eso se valieron para perjudicarme.
Salí bajo fianza. Durante ocho meses estuve
yendo a firmar al juzgado. Un periodista hermosillense, Pedro Medina, del
periódico El Imparcial, me atacaba con saña; cuando alguien le preguntó que por
qué me atacaba sin saber cómo estaban las cosas en Agua Prieta, no supo que
contestar y solo dijo: “es mi trabajo”. Un “periodista” agua pretense, apodado “El Cheri” dueño de un
pasquín de circulación local, me atacó de tal manera que hasta llegó a mentarme
la madre. Manlio Fabio Beltrones, en plena campaña
política como candidato a gobernador por el estado de Sonora, mandó a quien
sería Secretario de Gobierno en su mandato, con el siguiente mensaje: “de parte
de mi candidato, que te alinies o ya sabes”. Solicité apoyo al Secretario
General del comité Ejecutivo Nacional de la CROM, Lic. Ignacio Cuauhtémoc
Paleta, quien me contestó de manera cortante, tajante: “búscate un buen
abogado”.
Tiempo
después me citó el ministerio público; acudí a la cita y el funcionario me dijo
que ya tenía todo listo para consignarme por robo si no entregaba el sindicato.
Era obvio que estaban dispuestos a todo, por lo tanto decidí darme por vencido.
Fue así como el secretario de gobierno, el Profesor Parra Enríquez, logró
quitarme la secretaría general del sindicato. Todo esto sucedió a finales del
sexenio del Ing. Rodolfo Félix Valdés.
PRESENTACIÓN
DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE MADERA”
Cuando salí de Santa Martha (enero de 1977), hice
contacto con Don Felipe y con Bertha Vega; cuando ya radicaba en Agua Prieta,
con el Ingeniero Raúl Álvarez, con el Doctor Raúl Villegas y con Gladys G.
López. No volví a tener contacto con ningún otro compañero o compañera hasta el
año de 2003 cuando se llevó a cabo la presentación de mi libro “El Asalto al
cuartel de Madera”, evento que se realizó en la ciudad de México.
Levanté el
auricular del teléfono, contesté y fue grata la sorpresa al escuchar, después de muchos años, la voz de
Gladys G. López. El saludo fue cordial;
Luego, Gladys procedió a informarme que mi libro había sido publicado. Me dijo:
“David Cilia Olmos fue quien publicó tu libro ¿Qué piensas hacer?”. A mí me
dio gusto saber que mi trabajo había
sido publicado. Le contesté que no pensaba hacer nada, pues me parecía
importante que mi testimonio se diera a conocer. “Pensé que eso me ibas a
decir; pero yo hablé con David y le dije que tú estas vivo que radicas en
Sonora; que debió buscarte y pedir tu autorización”.
Días después
Gladys me llamó para decirme que David Cilia aceptaba cualquier condición o
arreglo conmigo y que me invitaba a la presentación del libro, la cual se
llevaría a cabo el día 14 de marzo del año 2003, en el auditorio Ricardo
Flores Mogón, de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Me trasladé a
la ciudad de México. En el aeropuerto internacional me estaban esperando Gladys
y su amiga Carmen. Me pusieron en contacto con David Cilia. David me llevó a
casa de su madre y allí permanecí mientras se llegaba el día la presentación
del libro.
David Cilia sugirió al joven periodista, hijo de Reyna García, que
me llevara al Parque María Teresa (o parque de los cocodrilos) donde se
encuentra la estatua de José Martí; allí, junto a la estatua, me tomó algunas
fotos. Después, David me llevó a una
radiodifusora donde previamente había concertado una entrevista. Entramos a las
instalaciones de la estación de radio, esperamos unos minutos y luego nos
pasaron a la cabina de transmisiones. Cuando se estaba llevando a cabo la
entrevista, llegó a la radiodifusora el Senador por el PRD, Jesús Ortega
Martínez; él y sus acompañantes esperaron en el pasillo mientras terminábamos
nosotros. Terminada la entrevista salimos, saludamos al Senador y él pidió que
nos tomaran una foto; platicamos brevemente, nos despedimos y pasaron a la
cabina donde también sería entrevistado el senador.
Llegamos al
lugar donde se iba a llevar a cabo el evento; en el local se encontraban algunos
sobrevivientes del movimiento, que habían militado en distintos grupos armados
y que, como yo, habían tenido la suerte de sobrevivir a las acciones de
aniquilamiento ordenadas por el gobierno federal y ejecutadas por sus esbirros.
Fue mi primer reencuentro con ex guerrilleros y también con luchadores sociales
como Don Ignacio del Valle, dirigente del movimiento de San Salvador Atanco, y
algunos de sus más cercanos colaboradores. Desde luego, estuvieron presentes
David Cilia, Gladys, su hermana Rosa Hilda, su hermano Aarón y Carmen su amiga,
Ana Ignacia Rodríguez “La Nacha”, Álvaro Mario Cartagena “El Guaymas”, Francisco
Ramírez “El Panchoven”, Adela Cedillo, Pedro Marín, Reyna García, Guillermo
Reyes García y muchos compañeros más.
Era la
primera vez que yo participaba en un evento como el que iba a dar inicio en
aquel momento. Subí al estrado y busqué mi lugar en la mesa del presídium;
sentía una emoción indescriptible. David Cilia hizo la presentación del libro.
No recuerdo el nombre de la persona que fungió como moderador. El tema central
del evento, según mi criterio, se llevó a cabo de manera precisa y con mucha
armonía. Luego se llegó a la sesión de preguntas y respuestas. Participaron dos
o tres cantantes. Don Ignacio del Valle pidió la palabra y externó algunos
conceptos alusivos a mi participación en los inicios de la lucha armada; me
regaló un paliacate rojo y el machete que portaba cuando movilizó a su pueblo
ante las pretensiones arbitrarias de Vicente Fox y Enrique Peña Nieto. Luego
vino la toma de las fotos del recuerdo; el evento terminó, para mí,
satisfactoriamente.
Gladys y
Carmen pasaron al domicilio donde me encontraba para llevarme a casa del
escritor Carlos Montemayor. Él y su
esposa, la Sra. Susana de la Garza, nos recibieron con gusto; después del
saludo, nos invitaron a desayunar para luego iniciar la plática referente a mi
participación en el asalto al cuartel de Ciudad Madera. Me mostró unas copias
de mi libro y formuló algunas preguntas en referencia a cuestiones que
ignoraba, respecto a mi participación en el asalto. Conocer a Carlos Montemayor
y a su esposa fue para mí una experiencia grata
y una gran satisfacción personal.
David Cilia
le pidió a Gladys que me llevara a su domicilio. Carmen, que era experta
manejando en el Distrito Federal, condujo el automóvil. Estando en casa de
David, Gladys y Carmen se despidieron de mí, pues al día siguiente partiría yo
hacia el estado de Sonora. Agradecí sus atenciones y les hice una invitación
para que me visitaran en Agua Prieta.
En casa de
David se había preparado un convivio donde había comida y bebida para pasar una
noche de festín. El tiempo fue transcurriendo entre pláticas, risas y
canciones; entre la concurrencia se encontraba una mujer… ¡guapa! Acompañada de
un joven que portaba una cámara de video. David me dijo que me iban a hacer una
entrevista; pasó la media noche y de la entrevista nada. Por fin, ya casi de
madrugada, ya con algunas copas “entre pecho y espalda” me hicieron la esperada entrevista. Cuando se terminó la
velada, la esposa de David me indicó la habitación donde iba a dormir. No, no
dormí pues el avión salía a las nueve de la mañana y había que estar en la
terminal aérea, por lo menos una hora antes. David no se despertaba y empecé a preocuparme. Hable por teléfono con
Gladys y le dije el motivo de mi preocupación; me dio un numero telefónico y me
dijo que hablara para solicitar que pospusieran mi salida. Así lo hice. Esperé
a que David se despertara y por fin me llevó al aeropuerto internacional de la
ciudad. Hice el trámite correspondiente para abordar el avión. Tuve que esperar
más tiempo del indicado, pues la salida se retrasó y, por un descuido mío, por poco y pierdo mi
vuelo.
A 38 AÑOS DEL
ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
Se hacían los
preparativos para los festejos en homenaje a los compañeros caídos el 23 de
septiembre de 1965, al cumplirse 38 años del asalto al cuartel militar de Ciudad
Madera; al mismo tiempo, se hacían los trabajos y preparativos para la
presentación del libro “Las Armas del Alba” del escritor Carlos Montemayor.
Algo sobresaliente en aquellas actividades era el reencuentro de los
sobrevivientes del asalto al cuartel a 38 años de distancia de aquella gesta
heroica.
El día 22 de
septiembre (2003), se organizó un convivio en casa de uno de los hijos del Dr.
Pablo Gómez; allí se dio el reencuentro entre los cuatro sobrevivientes,
Francisco Ornelas Gómez, José Juan Fernández Adame, Ramón Mendoza y yo; estuvieron
presentes: La Sra. Alma Caballero, Alma Gómez Caballero, Eduardo Gómez, Pablito
Gómez y otros miembros de la familia; Armando Gaytán Zaldívar, Laura Gaytán
Zaldívar, Álvaro Ríos Ramírez, Salvador Gaytán Aguirre, Carlos Montemayor y muchos otros invitados. Pero, no solo fue el reencuentro con mis compañeros que participaron en el asalto,
sino también con otros compañeros y compañeras que habían participado en la
lucha armada en diferentes frentes revolucionarios. Me reencontré con Bertha
Vega, Gladys G. López, Juan Chávez de la
Rocha, Francisco Pizarro y el profesor José Luis Aguayo Álvarez; conocí a José
Luis Alonso Vargas, Rosa María González, Bertha Lilia Gutiérrez “La Tita” y
otros compañeros que ahora escapan a mi
memoria.
El día 23 por
la mañana salimos de la Ciudad de
Chihuahua hacia Ciudad Madera; el compañero Juan Chávez de la Rocha y su esposa
se habían ofrecido para llevarnos, a Rosa María mi esposa y a mí, al homenaje
que se llevaría a cabo en aquella ciudad y regresarnos a la ciudad capital para
hacer acto de presencia en la presentación del libro, “Las Armas del Alba” la
cual se llevaría a cabo en el Teatro de la Ciudad”.
En Ciudad
Madera participamos en algunos actos que se llevaron a cobo dentro del gran
homenaje a los compañeros que murieron en el asalto al cuartel, que fueron: el
reconocimiento del terreno donde se encontraba el cuartel militar y el homenaje
en el panteón ante la tumba donde descansan los restos de aquellos ocho
compañeros que ofrendaron sus vidas por la causa reivindicadora del pueblo
mexicano.
Regresamos a
la ciudad de Chihuahua y llegamos al Teatro de la Ciudad minutos antes de que
diera inicio la presentación del libro “Las Armas del Alba” (evento organizado
por el comité Primeros Vientos); una compañera
me tomó del brazo y caminamos lo más rápido posible hasta el lugar donde
se encontraban Paco Ornelas, Ramón Mendoza y José Juan Fernández. El buen amigo
y compañero Nacho Cárdenas amenizaba el
momento con sus corridos revolucionarios. Sentados, esperábamos que
nos indicaran que ya podíamos subir al estrado. Se acercaron dos periodistas y
empezaron a hacer preguntas. Paco Ornelas estaba respondiendo pero, en ese
momento, nos indicaron que ya debíamos subir, por lo tanto, la entrevista quedó
a medias. Subió Ramón, luego José Juan, en seguida yo y al ultimo Francisco. En
el otro extremo del estrado ya se encontraban: el escritor Carlos Montemayor,
el general José Francisco Gallardo Rodríguez (invitado especial de Carlos
Montemayor) y Olga Aragón, moderadora
del evento. La joven dio por iniciados los trabajos e hizo las presentaciones
de rigor (a mí me presentó como Francisco Lugo, alguien del publico gritó
“Florencio” y la joven conductora agradeció la aclaración); luego, dio una breve introducción a la temática
por realizar. En primer lugar otorgó la palabra a Ramón Mendoza, quien dio
lectura a un documento breve elaborado por él mismo. A continuación le concedió
la palabra a José Juan Fernández quien externó una arenga en relación al
movimiento armado de los años 60s y también de actividades personales. Llegó mi
turno y empecé felicitando al Maestro Montemayor por su obra político-literaria
“Las Armas del Alba”; luego, solicité un minuto para hacer un brevísimo
homenaje a las compañeras ex guerrilleras y a las madres, hermanas, esposas e
hijas de los revolucionarios, que de alguna manera, directa o indirectamente,
también habían participado en la lucha armada. A continuación di lectura a un
documento en el cual hacia referencia al recuerdo de mis compañeros caídos en
el asalto al cuartel; me dirigí a los presentes y a las nuevas generaciones
para decirles que: “a 38 años de distancia de aquellos hechos que marcaron el
inicio de la lucha armada en México, las condiciones de vida de la gente, en
cualquier parte del mundo, siguen empeorando porque, de entonces a la fecha, ha
habido cambios enormes pero a favor de los poderosos, como fue la caída del
sistema socialista, por lo que, el imperialismo avanza a pasos agigantados
hacia el control absoluto sobre la humanidad”. Al final del documento hacia una
propuesta: “hacer resurgir la izquierda; una izquierda revolucionaria autentica
que participe, que actúe con inteligencia, que emprenda acciones importantes
tendientes a frenar el avance imperialista, que a través de su enorme poderío
nos está conduciendo hacia el nivel mas bajo de la condición humana”. A
continuación le fue concedida la palabra al compañero Francisco Ornelas, quien
externó un discurso, con una duración considerable, relativo al movimiento
revolucionario y a su participación en la lucha. En seguida, la moderadora le
cedió la palabra al general José Francisco Gallardo Rodríguez, quien habló de
su lucha dentro de las filas del ejército, tendiente a combatir las
irregularidades existentes en el mismo, motivo por el cual fue encarcelado,
habiendo permanecido privado de su libertad por un período de ocho años. Por
último, el escritor Carlos Montemayor, haciendo uso de la palabra, nos dio
cátedra refiriéndose a los trabajos relativos a la conformación de su libro
“Las Armas del Alba” parte medular de aquel gran evento literario-cultural. Al
terminar, subieron al escenario algunas personalidades quienes, entre saludos y
abrazos, se fotografiaban con los participantes. Luego, se llevó a cabo un
brindis en el vestíbulo del Teatro de la Ciudad, donde también se había montado
una exposición fotográfica.
IV ENCUENTRO
NACIONAL DE EX MILITANTES DEL MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA
Recibí una
invitación para participar en el IV Encuentro Nacional de Ex Militantes del
Movimiento Armado Socialista de México, programado para los días 24 y 25 de
abril del 2004, el cual se llevaría a cabo en el Hotel Villa Primavera, en
Zapopan, Jalisco, convocado por el colectivo “Rodolfo Reyes Crespo” y la
revista Filo y Causas, Vikingos. Rosa María y yo nos trasladamos a la ciudad de
Guadalajara en un autobús de línea; llegamos a la terminal entre las 6 y 7 de
la tarde. Me comuniqué con Rosa María González quien me dijo que Ramón Ramos
Mogrovejo pasaría por nosotros a la central camionera. Ramón y su esposa
tardaron un poco pero al fin llegaron a la sala de espera donde nos
encontrábamos. El encuentro fue muy emotivo, pues Ramón y yo no nos veíamos
desde que estábamos recluidos en Lecumberri. Cuando llegamos al hotel nos
recibieron Rosa María González y Bertha Lilia Gutiérrez “La Tita”; nos llevaron
a la habitación que habríamos de ocupar y estuvieron allí, unos momentos,
platicando con nosotros.
En la sala
para eventos estaba todo listo para empezar los trabajos del Encuentro Nacional
de Ex Militantes del Movimiento Armado Socialista. Allí nos reunimos muchos ex
combatientes de diferentes grupos armados; mi compañera y yo participamos y
convivimos con Rosa María González, Bertha Lilia Gutiérrez Campos, José Luis
Alonso Vargas, Ramón Ramos Mogrovejo, Miguel Topete Díaz, Salvador Gaytán
Aguirre, Eduardo Esquivel Revilla, Adela Cedillo, Fritz Glockner y muchos otros
compañeros. La comisión organizadora del evento estuvo compuesta por: José Luis
Alonso Vargas, Eduardo Esquivel Revilla, Rosa María González Carranza, José
Luis Moreno Borbolla, María de la Luz Aguilar Terrés, Bertha Lilia Gutiérrez
Campos y Mario Ramírez Salas. Los trabajos de la reunión se llevaron a cabo
bajo los siguientes temas: 1) Proyectos políticos de las organizaciones
guerrilleras por los cuales lucharon durante las décadas comprendidas entre
1960 y 1980. 2) Análisis y balance de las luchas. 3) Perspectiva para el
desarrollo de una organización y de una política que posibilite incidir en los
cambios sustanciales del país. Conforme pasaba el tiempo se fue avanzando en la
presentación de las ponencias y en otras actividades relativas a los trabajos
que se estaban realizando. En el tiempo dedicado a acuerdos y compromisos se
nombró a Salvador Gaytán, presidente del “Colectivo de Ex Militantes del
Movimiento Armado Socialista”. Mi compañera y yo nos encontrábamos sentados
entre la concurrencia. Un camarada que se encontraba cerca de nosotros pidió la
palabra y dijo: ¿Y a Florencio donde lo dejan? Entonces, rápidamente se
pusieron de acuerdo y me nombraron vicepresidente. Bueno, la verdad, a mí no me
preocupaba ser o no ser vicepresidente pero no dije nada y así quedaron los nombramientos. Yo me había
preparado con un documento porque había entendido que participaría en los
trabajos programados. Dentro de los trabajos que se estaban realizando también
se llevó a cabo la presentación de uno de los libros del compañero Fritz
Glockner. En otro momento, un individuo pidió la palabra y despotricó en contra
de Fidel Castro; tuvo la osadía de llamarlo sátrapa. El compañero José Luis
Alonso, haciendo uso de la palabra, hizo una muy buena defensa a favor del
presidente cubano. Los recesos fueron amenizados con canciones y corridos
interpretados por Celia Torres, esposa del camarada Miguel Topete. Ya estaban
terminando los trabajos de la IV Reunión Nacional de Ex Militantes del
Movimiento Armado Socialista en México, cuando alguien recordó que yo estaba
presente y, bueno, me invitaron a subir al estrado; por fin pude dar lectura a
mi documento. La compañera Bertha Lilia, muy preocupada, se disculpó conmigo
por el olvido involuntario de los camaradas que ocupaban el presídium.
CONMEMORACIÓN
DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
El día 23 de
septiembre del año 2004, se llevaron a cabo los trabajos en conmemoración al
asalto a cuartel militar de Ciudad Madera, donde perdieran la vida ocho de los
mejores cuadros revolucionarios del “Grupo Popular Guerrillero”. Hicieron acto
de presencia algunos ex militantes del “Movimiento Armado Socialista”, un buen
numero de habitantes de la ciudad y del ejido “Arturo Gámiz”. Los trabajos
dieron inicio con la participación de varios camaradas en la radiodifusora
local, donde fuimos entrevistados. A
continuación nos trasladamos al panteón municipal, para llevar a cabo el
homenaje ante la tumba donde descansan los restos de los compañeros muertos en
el asalto. De allí nos trasladamos al ejido “Arturo Gámiz”, donde se llevo a
cabo una asamblea en la que participaron, únicamente 14 o 15 compañeros. Estuvieron
presentes los camaradas: José Luis Alonso Vargas, Rosa María González, Bertha
Lilia Gutiérrez, Salvador Gaytan, Eduardo Esquivel Revilla, Efraín Esquivel
Revilla, Antonio Orozco, Carlos Sepúlveda, José Luis Moreno borbolla, Héctor
Ibarra Chávez, compañeros ex militantes del grupo “Lacandones” y yo. En
dicha asamblea se llegó a los siguientes acuerdos: 1) Quedó instalada la sesión
como continuación de los trabajos de la IV Reunión Nacional, realizada en
Zapopan, Jalisco. 2) Se acuerda no tomar resolutivos definitivos, sino definir
proposiciones para ser sancionadas por el congreso fundacional de la Organización
Política Nacional. 3) Que el congreso se realice el 2 de noviembre del 2004. 4)
Por consenso se propone la constitución de una Asociación Política Nacional y
realizar en lo posible las tareas concernientes a tal propósito. 5) Que se
nombren las comisiones de trabajo hacia la APN cuyos resultados serán
sancionados por el congreso. Organización: Salvador Gaytán y Eduardo Esquivel
Revilla. Cabildeo y Relaciones: José Luis Alonso Vargas y Efraín Esquivel
Revilla. Redacción, para elaborar la Declaración de Principios: Antonio Orozco
y Carlos Sepúlveda. Comunicación y Vinculación Orgánica: José Luis Moreno
Borbolla y Eduardo Esquivel Revilla. 6)
Se suscribe el siguiente texto para ser considerado en los documentos básicos
de la Organización Política Nacional. Terminados los trabajos de la asamblea, a
saborear la comida preparada por los compañeros del ejido “Arturo Gámiz”. Por
la tarde regresamos a Ciudad Madera. Mi compañera y yo pensábamos tomar el
autobús hacia Nuevo Casas Grandes; en la terminal nos informaron que no había
salida a dicha ciudad hasta el día siguiente. Los camaradas procedentes de
Jalisco viajaban en camioneta y se dirigían a la Ciudad de Chihuahua; Rosa
María González nos dijo que en el vehículo había lugares y nos invitó a viajar
con ellos. En el poblado La Junta se quedaron dos compañeros que tomarían el
tren hacia los Mochis, Sinaloa. En la ciudad capital, mi compañera y yo
abordamos un autobús que nos llevaría hasta Agua Prieta, Sonora.
PRESENTACIÓN
DEL LIBRO “DEL CUARTEL A LECUMBERRI”
El Comité
Primeros Vientos organizó la presentación del mi libro “Del Cuartel a
Lecumberri”; el evento se programó para el día 16 de marzo del 2005 a las 20:00
horas en el Centro Cultural Quinta Gameros. Participó como presentador el
compañero José Luis Aguayo Álvarez, la
moderadora fue Alma Gómez Caballero, estuvo presente el compañero Paco Ornelas
y Nacho Cárdenas se encargó de amenizar el evento cantando sus corridos
revolucionarios; en primer lugar cantó el corrido de los Mártires de Madera.
Rosa María Bustamante se hizo cargo de la venta de los libros.
El evento dio
inicio a la hora indicada, con una asistencia aceptable. La compañera Alma
Gómez hizo las presentaciones de rigor y a continuación dio la palabra al Profesor
José Luis Aguayo quien llevó a cabo la presentación del libro de una manera
amena y detallada. Cuando la compañera Alma me concedió la palabra me dirigí al
publico asistente, entre quienes se encontraban Bertha Vega, Francisco
Hernández y otros compañeros; les pedí que mi intervención se llevara a cabo en
base a preguntas y respuestas; me hicieron muchas preguntas respecto a mi
participación en la guerrilla y yo respondí tratando, en cada pregunta, de dar
respuestas satisfactorias. Para terminar el evento se llevó a cobo el brindis y
yo aproveché el momento para agradecer a Alma Gómez y demás integrantes del
Comité Primeros Vientos, a Francisco Hernández por su cooperación de cinco mil
pesos para la publicación del libro “Del Cuartel a Lecumberri”, a José Luis
Aguayo, a Nacho Cárdenas y a todos quienes hicieron posible la presentación del
libro.
1ª ASAMBLEA
NACIONAL DE IZQUIERDAS SOCIALISTAS
José Luis
Alonso Vargas me hizo la invitación a participar en la 1ra. Asamblea Nacional
de Izquierdas Socialistas. Consiguió que el hijo de Genaro Vázquez Rojas
financiara el costo de mi pasaje (en avión) a la Ciudad de México. El Congreso
estaba programado para los días 16 y 17 de abril del año 2005.
El Nuevo
Movimiento 23 de Septiembre (antes Colectivo de Ex Militantes del Movimiento
Armado Socialista), presentó una ponencia general donde se proponía la creación
de una Organización Política Nacional, cuyo nombre podría ser: Frente
Socialista o de Izquierdas Socialistas o como allí se decidiera, para llevar a
cabo la lucha por los objetivos históricos e inmediatos del pueblo mexicano. El
objetivo inmediato del Frente Socialista debería ser la supresión del sistema
capitalista y en su lugar la construcción de un sistema socialista, democrático,
humano y libertario.
Rosa María y
yo llegamos a la Ciudad de México. José Luis Alonso nos hospedó en un hotel que
se encuentra muy cerca del Monumento a la Revolución. El día 16 de abril nos
trasladamos a la Universidad Obrera de México “Vicente Lombardo Toledano”, que
se ubica en el Barrio de Tepito. Llegamos a la Universidad donde ya se
encontraban representantes de organizaciones y partidos de izquierda.
La asamblea
dio inicio a la hora indicada en el
programa. Se le dio lectura a las ponencias por los representantes de cada una
de las delegaciones que asistieron al evento. Por indicaciones de José Luis
Alonso, di lectura a la ponencia presentada por el Nuevo Movimiento 23 de
Septiembre. Después de la lectura de cada ponencia se pedía la palabra y se
opinaba respecto al contenido de la misma. Se daba un intercambio de opiniones
a veces un tanto acaloradas. En el receso, Adela Cedillo me regaló una playera
con el logotipo del Periódico Madera. También pude saludar a la Dra. Lourdes
Uranga y al Diputado Fabricio Gómez Souza ex dirigente del Movimiento de Acción
Revolucionaria.
Al día
siguiente se dio continuación a los trabajos de la asamblea. A iniciativa de
José Luis Alonso, en el receso, se llevó a cabo la presentación del libro “Del
Cuartel a Lecumberri”. El Chelis fungió como moderador; la compañera Luz María
Aguilar Terrés hizo la presentación. En la sección de preguntas y respuestas
hubo intervenciones, por parte de los asistentes, muy aceptables y una que me
pareció un tanto agresiva pues un joven pidió la palabra y me dijo: “Qué,
¿estas proponiendo la lucha armada?” Mi respuesta fue que no, que la lucha
armada en ésta etapa del movimiento revolucionario ya había pasado a la
historia; que yo venia proponiendo, desde hacia dos años, la creación de una
Izquierda Revolucionaria Autentica; que coincidía precisamente con la propuesta
de la ponencia del Nuevo Movimiento 23 de Septiembre; que en todo caso, la
lucha armada vendría como consecuencia de un movimiento revolucionario generalizado.
Así finalizó la presentación del libro.
La asamblea
siguió su curso y al término de la misma los asistentes, de pie y con el puño
izquierdo en alto, gritaban consignas revolucionarias.
40
ANIVERSARIO DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
Rosa María y
yo abordamos el autobús con destino a Nuevo Casas Grandes, Chihuahua; en ésta
población permanecimos tres horas y media aproximadamente, pues el autobús que
nos llevaría a Ciudad Madera salía a la una de la tarde. Cuando llegamos a Ciudad
Madera, descendimos de autobús y allí, en la terminal, nos estaban esperando
dos personas, hombres jóvenes, a quien yo no conocía. Se presentaron; nos
dijeron que iban de parte de José Luis Alonso, el Chelis, quien les había encomendado
que nos llevaran a Hostal Peñitas, donde ya se encontraban algunos compañeros y
compañeras ex militantes del Movimiento Armado Socialista. Abordamos la
camioneta; el chofer enfiló hacia el lugar donde se encontraban los compañeros
que participarían en los eventos del homenaje a los revolucionarios caídos en
el asalto al cuartel militar, el 23 de septiembre de 1965. Cuando íbamos en
camino aquellos jóvenes empezaron a platicar y nosotros accedimos a la charla.
El copiloto me hizo algunas preguntas a las que traté de dar respuesta. “¿Por
qué –preguntó- Salvador Gaytán no participó en el asalto al cuartel?”. Bueno,
-le contesté- él dijo que no llegaron porque no pudieron cruzar un rio crecido.
“Y… ¿Cuánto tiempo lo estuvieron esperando?”. El asalto estaba programado para
el día 15 y se llevó a cabo hasta el 23 de septiembre. “¿Y en ocho días no bajó
el nivel del agua?”. No pues, no sé; eso fue lo que él dijo. “¿Por qué no
anduvo en el grupo de Oscar González?”. No sé, no tengo idea. “Cuando ustedes
desarmaron a los judiciales ¿Por qué les perdonaron la vida?”. Bueno, el plan
era ajusticiar al jefe del grupo, a Rito Caldera, pero yo hablé con Arturo
Gámiz y le dije que no lo fusilara; Arturo me preguntó que por qué, yo le
expliqué que en aquel momento era preferible no hacerlo; tú sabes –le dije- que
el gobierno y la prensa dicen que somos roba vacas, gavilleros, asesinos y no
se cuantas cosas más; si lo ajusticiamos van a manejar el hecho a su favor,
poniéndolo ante la opinión pública como prueba de que somos asesinos. Arturo
les preguntó a los otros compañeros que si estaban de acuerdo a lo que Salomón
Gaytán contestó que no, que el ajusticiamiento era parte del plan y que tenia
que llevarse a cabo; después de un breve intercambio de palabras Arturo logró
convencerlo. Fue así, como se le perdonó la vida al jefe de los judiciales.
“Bueno, -dijo el joven- si fue por eso…” Al parecer mis respuestas no fueron
muy convincentes pero la plática terminó, pues ya habíamos llegado a las
cabañas.
A la entrada
del conjunto de cabañas se encontraba la que hacia las veces de recepción; nos
atendió el encargado, un hombre mayor de edad muy platicador, a quien se le
pagó el costo del hospedaje; luego, nos llevó a la cabaña que ocuparíamos mi
compañera y yo. De allí pasamos a la cabaña donde se encontraban reunidos los
compañeros José Luis Alonso, Bertha Vega, Lourdes Uranga, Rosa María González,
Bertha Lilia Rodríguez y otros compañeros. Cuando decidieron que debíamos
retirarnos a descansar, Rosa María González
se fue a dormir a la cabaña que ocupábamos nosotros. Al día siguiente nos levantamos temprano y nos
dirigimos a Ciudad Madera para
participar en los trabajos programados, relativos al evento. Buscamos un lugar
donde pudiéramos desayunar, encontramos una lonchería y cada quien ordenó su
desayuno. Bertha Vega le hizo un comentario a Lourdes Uranga respecto a que en
el libro “El Asalto al cuartel de Madera” no se me daba el crédito como autor y
preguntó si había la posibilidad de una nueva edición donde se me diera dicho crédito. Lourdes
Uranga se comprometió a buscar la posibilidad en la Universidad de Chapingo;
luego, nos pusimos de acuerdo para que yo le hiciera llegar los cambios
necesarios.
En la estación de radio local, la XESW Radio
Madera, una locutora daba a conocer el
programa de actividades del homenaje a los caídos en el asalto al cuartel de Ciudad
Madera, que era el siguiente: Invitación especial a nuestras autoridades
municipales y estatales; a organizaciones de lucha social; a personalidades
distinguidas, medios de comunicación y ciudadanía en general. A las 10 de la
mañana habrá una ofrenda floral en el panteón municipal, con la participación
de los diferentes grupos asistentes, con discursos alusivos al 23 de
septiembre. A las 12: 30, conferencia en el salón Ejido el Largo. Bienvenida a
todos los asistentes. Presentación de nuestras autoridades locales, estatales y grupos de de lucha social.
Presentación de los veteranos del 23 de septiembre. Palabras de nuestro
presidente municipal. Discurso por un diputado local. A las 3 de la tarde
invitación a la comida que se prepara en el ejido Arturo Gámiz. Atentamente Coordinación
de Fracciones Democráticas, región Madera y Ejido Profesor Arturo Gámiz.
Nos dirigimos
a la radiodifusora donde nos esperaban para unas entrevistas. El locutor de la
radio entrevistó a Salvador Gaytán, a la profesora Paula Lima Escárcega, al
profesor Gerardo Villalba Sánchez, a Rosa María González y a mí. Luego de las
entrevistas, la joven locutora, Janet, me dijo que si podía concederle una
entrevista; le contesté que con mucho gusto y me citó para la 1:30 de la tarde.
En el panteón
municipal, cuando se llevaba a cabo el homenaje, pude ver y saludar a más
compañeros ex militantes del movimiento armado y de grupos de lucha social. En
el homenaje participaron: Alma Gómez y su esposo, Eduardo Gómez, Magdalena
Ortiz, francisco Ornelas, Salvador Gaytán, Ramón Mendoza, Minerva Armendáriz y otras
personalidades que también asistieron al evento.
A la 1:30 de
la tarde hice acto de presencia en la radiodifusora para cumplir con el
compromiso contraído con la locutora Janet.
Al terminar
la conferencia partimos hacia el Ejido Arturo Gámiz; cuando llegamos, los
camaradas del ejido ya tenían todo listo para degustar una riquísima barbacoa
de res. Allí tuve oportunidad de charlar brevemente con Minerva Armendáriz;
también se acercó una joven que dijo ser periodista de El Heraldo de Chihuahua,
me dijo que pensaba escribir un libro y quería ir a la Ciudad de Agua Prieta,
para entrevistarse conmigo y con mi familia; le contesté que con mucho gusto y
le di mi numero de teléfono para ponernos de acuerdo. Tal vez desistió de su
intento, pues no volví a tener noticias de ella. Luego me abordó un periodista de México, con
quien sostuve una charla a manera de entrevista.
Pernoctamos en el ejido. Los compañeros
ejidatarios nos prestaron una casa donde dormimos Bertha Lilia Rodríguez, Rosa
María González, Rosa María mi compañera y yo. Al día siguiente, por la mañana,
nos llevaron a casa de la familia de uno
de los dirigentes del ejido y nos invitaron a desayunar un recalentado de
barbacoa con tortillas de harina recién hechas ¡riquísimo!
Salimos rumbo
a Ciudad Madera. El convoy se detuvo en una desviación que conducía a unas
ruinas arqueológicas conocidas como las 40 casas; algunos compañeros querían ir
a las ruinas, pero, al parecer el camino no estaba en buenas condiciones y
desistieron del intento. Llegamos a Ciudad Madera y de allí partimos a nuestro
lugar de origen.
3ª EDICIÓN
DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE CIUDAD MADERA”
La Doctora
Uranga me habló para avisarme que ya se había publicado la 3ª edición del libro
“El asalto al Cuartel de Ciudad Madera”. También me informó que se estaba
organizando la presentación del libro, misma que se llevaría a cabo en La
Universidad Autónoma de Chapingo, que se ubica en el kilometro 38.5, carretera
México-Texcoco, Chapingo, estado de México. Me dijo que el Ingeniero Ciriaco
Ayala Sánchez me estaba invitando, con
gastos pagados, para que los acompañara en el evento.
Me trasladé a
la Ciudad de México. En el aeropuerto internacional me estaban esperando
Lourdes Uranga y Gladys G. López. Al día siguiente nos trasladamos a Chapingo;
nos acompañó José Luis Alonso Vargas. Hicimos acto de presencia en el lugar y a
la hora indicada en que se iba a realizar el evento.
En la mesa
del presídium estuvimos la Dra. Lourdes Uranga, autora del prologo del libro y
moderadora del evento; el Ing. Ciriaco Ayala Sánchez, jefe del Departamento de
Publicaciones, presentador del libro; otro Señor (no recuerdo el nombre),
erudito en la materia que disertó sobre el contenido del libro, y yo. Como
público asistente solo se encontraba el Chelis, Gladys G. López y otras 5 o 6
personas más. De cualquier manera se llevó a cabo la presentación. Al terminar
el evento recibí una dotación de libros; la Dra. Uranga me informó que había
conseguido permiso para que yo pernoctara en las instalaciones de la
universidad, pero Chelis nos dijo que él tenía un departamento en la Ciudad de
México donde me podía quedar. Partimos hacia el Distrito Federal; yo me sentía
abatido por la poca asistencia de público en el evento.
La Doctora
Uranga organizó una velada en el Distrito Federal; el evento se llevó a cabo en
un Café Literario donde se podían observar algunas manifestaciones artísticas
(playeras con logotipos alusivos al Movimiento Armado; los bancos estaban
decorados con pinturas al óleo, etcétera) que daban un toque especial a la reunión.
Hicieron acto de presencia miembros de la familia López Hernández, el compañero
Valdemar Villarreal acompañado por otros ex militantes del Movimiento de Acción
Revolucionaria, amistades de la Dra. Uranga, José Luis Alonso Vargas, Pedro
Marín y otros camaradas. Un conjunto musical amenizó la velada. La charla versó
en torno al contenido de mi libro. En pocas palabras, aquella reunión de amigos
y camaradas superó, en mucho, la presentación del libro en la Universidad de
Chapingo.
Me quedé en
casa de la familia López Hernández. Al día siguiente Gladys, Carmen y Pedro Marín
me llevaron a un lugar de esparcimiento o parque recreativo. Un lugar campestre,
con agua corrediza, arboles, establecimientos expendedores de comida y todo
para el entretenimiento y la diversión. Allí estuvimos varias horas; comimos,
platicamos, recordamos viejos tiempos y disfrutamos el paseo. Nos despedimos de
las compañeras; les di las gracias por todas sus atenciones, las invité a
conocer Sonora y desde luego Agua Prieta. Nos fuimos a casa de Pedro Marín,
conviví con su familia y allí pasé la noche.
Por la mañana
salimos Pedro y yo, abordamos el “metro” y nos dirigimos al aeropuerto
internacional de la Ciudad de México. En la terminal aérea hice el trámite
correspondiente para abordar el avión. Nos despedimos, entré a la sala de
espera y minutos más tarde volaba hacia el estado de Sonora.
PRESENTACIÓN
DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE CIUDAD MADERA”
En el marco
de la celebración del XIX Simposio de la Sociedad Sonorense de Historia, tema: “Juárez
y el Juarismo en Sonora”; celebrado del 27 de noviembre al 2 de diciembre del
2006, en el Auditorio Ing. Armando Hopkins Durazo, en la Casa Uruchurtu,
Rosales 123, Colonia Centro, Hermosillo, Sonora. Se llevó a cabo la
presentación del libro “El Asalto al Cuartel de Ciudad Madera”; a sugerencia de
José Luis Alonso Vargas y organizada por Cesar del Pardo Escalante.
Mi compañera
Rosa María y yo llegamos a la terminal de Autobuses, en Hermosillo, Sonora.
Cesar del Pardo pasó por nosotros y nos llevó a su casa. Nos invitó a comer y
luego platicamos para ponernos de acuerdo respecto a la actividad antes
mencionada.
Cesar del
Pardo también organizó una presentación en la Universidad de Sonora (UNISON). En el auditorio de la
Facultad de Economía donde se llevó a cabo el evento, hicieron acto de
presencia muchos jóvenes, quienes mostraron interés por el tema que se daría a
conocer. También estuvo con nosotros el diputado por el PRD, Reynaldo Millán,
apodado “El Diablo”. Luego de presentar a
las personalidades que me acompañaban en la mesa del presídium, los Señores
Armando Moreno, moderador del evento y
Rubén Duarte, presentador del libro, se llevó a cabo la presentación; al
terminar, los estudiantes hicieron muchas preguntas a las cuales di respuesta,
tratando de ser lo más explícito posible. Este acontecimiento fue para mí de
mucha satisfacción.
Arribamos al
auditorio Ing. Armando Hopkins Durazo, en la Casa Uruchurtu, donde tuve la
oportunidad de conocer y platicar con el Historiador Ignacio Lagarda L., y otras personalidades Sonorenses. En esta
ocasión me acompañaron los Señores Alfonso Torúa, presentador del libro y Rubén
Duarte, moderador del evento.
Tomamos
nuestros lugares en la mesa del presídium. Se hicieron las presentaciones de
rigor y se procedió a dar inicio a la presentación del libro. El Señor Rubén
Duarte concedió la palabra al Sr. Alfonso Torúa quien hizo una disertación
respecto al contenido de mi libro. Al término de la misma, los asistentes,
participativos y entusiastas, me hicieron muchas preguntas, a las cuales traté
de contestar de manera correcta.
La Sociedad
Sonorense de Historia me otorgó un reconocimiento por mi participación, con la
presentación del libro “El Asalto al Cuartel de Ciudad Madera”, en el XIX
Simposio de Historia regional.
Cesar del
pardo me informó que estaba programada
una entrevista en una radiodifusora de la localidad. Fuimos a Radio Bemba; la
entrevista se llevó acabo y a una serie de preguntas relativas a mi
participación en el movimiento armado respondí tratando siempre de ser puntual
en mis aseveraciones. Me formularon la pregunta, casi obligada, sobre mi
opinión respecto a la posibilidad de hacer resurgir la lucha armada. Mi
respuesta fue que la lucha armada, en la etapa actual del movimiento
revolucionario, ya había pasado a la historia; que mi propuesta era la creación
de una izquierda revolucionaria autentica que actúe con inteligencia, que
emprenda acciones importantes tendientes a neutralizar el efecto enajenante al
que se está sometiendo a nuestro pueblo; a rebasar el avance de los poderosos
sobre estrategias y preparación de sus cuerpos represivos para aniquilar
cualquier brote de rebeldía que pudiera presentarse; que la lucha armada, en
todo caso, se daría como consecuencia de un movimiento revolucionario
generalizado, porque los poderosos tratarán de mantenerse en el poder, sin
ceder un ápice en su ambición de privilegios y riquezas. Hasta ahí llegó la
entrevista. Tuve la sensación de que mi respuesta no había sido la esperada.
HOMENAJE A
MIGUEL QUIÑONES PEDROZA
Invitados por
el Profesor José Gerardo Alvarado, mi compañera y yo viajamos a Gómez Palacio,
Durango, para asistir al homenaje a Miguel Quiñones Pedroza, el cual se
llevaría a cabo en la Casa de la Cultura “José Revueltas” ubicada el Villa Juárez, población
cercana a Gómez Palacio. En la reunión estuvimos presentes el Profesor
Alvarado, familiares del compañero Miguel Quiñones, personalidades invitadas al
evento, Rosa María mi compañera, y yo. El Profesor Alvarado habló de la
personalidad de Miguel Quiñones, de sus actividades como profesor en la Sierra
tarahumara y de su participación en el asalto al cuartel de Ciudad Madera;
también dio a conocer los avances de su libro “Una Alborada Para Miguel”.
El profesor
Alvarado solicitó mi presencia ante el micrófono. Habían circulado unas hojas
donde se formulaban 4 o 5 preguntas; una de las preguntas se refería a los
cambios generados en el país a consecuencia del movimiento armado
revolucionario. Mi respuesta terminaba más o menos así: …desde luego que ha
habido cambios importantes en el país; pero, desgraciadamente, en su mayoría
están siendo aprovechados por los poderosos.
Para
entonces, mis problemas de salud se manifestaban con más frecuencia. El
Profesor Alvarado llamó a una Doctora para que me auscultara; el diagnóstico de
la Doctora fue que mi padecimiento no era de gravedad; sin embargo, de regreso
al estado de Chihuahua, invitados por la Profesora Estela Quiñones nos quedamos tres días en su casa, en Ciudad
Delicias, para recuperar mi salud. Aprovechando nuestra estancia en la ciudad,
la profesora Estela nos llevó a conocer la presa Francisco I. Madero que se
localiza en el municipio de Rosales, muy cerca de Ciudad Delicias. Nos invitó a
un lugar donde servían un pescado riquísimo. Después, en Ciudad Delicias,
fuimos a casa de Don Tiburcio y Doña Herculana, padres de José Juan Fernández
Adame. Me dio un gusto enorme poder verlos y saludarlos después de tantos años.
Por segunda
ocasión fuimos invitados al homenaje en honor del compañero Miguel Quiñones.
Desayunamos en casa del Sr. Alvarado; luego, nos trasladamos a la Normal
Superior de la Laguna y de allí a la Casa de la cultura “José Revueltas”.
Nuevamente se contó con la presencia de las hermanas de Miguel Quiñones; de
Eduardo Gómez, Francisco Ornelas y Nacho Cárdenas; de Magdalena Ortiz y Ma.
Concepción Luna C.; de Armando Otto Gaytán y su esposa; de Rosa María y yo; también
hicieron acto de presencia un grupo de estudiantes y algunas personas de la
localidad.
La velada
transcurrió entre discursos relativos al homenaje, canciones y bailables
regionales. La profesora Magdalena Ortiz y su amiga María Concepción, cantaron
el corrido “Madera”. Allí mismo se sirvió una cena que saboreamos con gusto y
al final las fotos del recuerdo.
Al día siguiente,
el profesor Alvarado pidió a Nacho Cárdenas que nos llevaran al ejido La Loma,
municipio de Lerdo, Durango. En éste lugar se encuentra la Ex Hacienda “La
Santísima Trinidad”, más conocida como “Hacienda La Loma”, ahora convertida en
museo de la revolución.
El 29 de
septiembre del año de 1913, en dicha hacienda se juntaron varios jefes
militares revolucionarios para constituir la División del Norte. Allí se le
otorgó a Francisco Villa el cargo de comandante en jefe de dicha división.
También fuimos
a la Ciudad de Torreón a una casa de seguridad donde, en tiempos de la
guerrilla, se dio un enfrentamiento entre guerrilleros y fuerzas federales, con
saldo a favor de las huestes del gobierno. En la casa se apreciaban muchos
impactos de bala.
De regreso,
nos vinimos con Armando Gaytán y su esposa; nos hicieron el favor de llevarnos
hasta la terminal de autobuses en la Ciudad de Chihuahua. Allí abordamos un
autobús para trasladarnos a la Ciudad de Agua Prieta.
DOÑA MARÍA
HERCULANA ADAME DE LA CRUZ
Me encontraba en mi casa descansando, con
cierta dosis de fastidio por no tener, de momento, algo en que ocupar mi
tiempo. Sonó el teléfono, levanté el auricular y escuché la voz de mi amigo y
camarada el Profesor José Gerardo Alvarado. Me saludó gustoso y contesté al
saludo de manera cordial. “Estimado Florencio –me dijo- le hablo para invitarlo
a un evento que estamos organizando en homenaje a Doña Herculana Adame y a su
hijo José Juan, en Santa Rosalía la tierra de donde eran originarios. Por
gastos no se preocupe yo me comprometo a proporcionarle todo lo necesario.”
Acepté la invitación y quedamos de comunicarnos nuevamente para afinar
detalles.
Pasaron los días y el Profesor Alvarado se
comunicó nuevamente para decirme que el evento se llevaría a cabo el día 20 de
abril del 2016. Días después me habló otra vez para decirme que ya estaban anticipados los boletos en
Aeroméxico; luego, a través de un correo
electrónico, recibí la documentación donde se especificaban días, fechas y
horarios de los vuelos. Yo abordaría a las 16: 12 del día 19 de abril, en la
ciudad de Hermosillo.
Recibí otra llamada telefónica; era el camarada
José Luis Alonso Vargas (Chelis). Luego de saludarnos me dijo: “supe que vas a
Torreón”. Sí –contesté- me invitó el Profesor Alvarado a un evento en homenaje
a Doña Herculana Adame. “Yo también voy –me dijo-, allá nos vemos”. Ah, que bien, -contesté-
entonces allá nos vemos. Le comenté que viajaría en autobús hasta Hermosillo y
que allí abordaría el avión hacia Torreón. “Háblale a Ignacio Lagarda –me dijo-
para que te eche la mano en Hermosillo”. No tengo su teléfono –contesté-
háblale tú, hazme el favor.
Sonó el timbre de mi celular y al contestar
supe que era una dama quien llamaba. “Le hablo de parte de los señores Lagarda
–me dijo- para saber a qué horas llega usted a Hermosillo”. Mire –le dije- yo
salgo de Agua Prieta a las 5:30 de la mañana y llego a Hermosillo más o menos a
las 12:00 del día. Nos despedimos; yo me comprometí a llamar un poco antes de
llagar a la ciudad. A la hora indicada abordé el autobús en Agua Prieta; ya
casi para llegar a Hermosillo recibí otra llamada, ahora se trataba de un
hombre quien me dijo que los Señores Lagarda me pedían mil disculpas pero que
por motivos de trabajo no me podían atender.
Serian las 12:30 del día cuando pedí a un
taxista me llevara al aeropuerto de Hermosillo. Unos minutos antes de las 4:00
de la tarde abordé el avión ERJ-145 JET, el cual, voló durante una hora para
hacer escala en el aeropuerto de la ciudad de Chihuahua. Minutos después
reanudamos el vuelo y en 45 minutos aterrizó en el aeropuerto de la ciudad de
Torreón; los profesores José Gerardo Alvarado y Nacho Cárdenas ya me estaban
esperando. Nos trasladamos al hotel
Posada del Rio, donde me tenían reservada una habitación; me dijeron que luego
de instalarme fuera a cenar al restaurante. Estaba degustando un rico filete de
pescado al mojo de ajo cuando escuché una voz de mujer que decía: “¿Donde
estará Florencio? Ah, míralo aquí está”. Era la voz de Silvia Fernández Adame,
hija de Doña Herculana, quien iba acompañada por su nuera, su nieto, otra
compañera y Pablo Cabañas Barrientos. Cenamos, nos fuimos a descansar para, al
día siguiente, estar listos a las 6:00 de la mañana, hora en que pasarían por
nosotros.
Serian las 6:15 de la mañana del día 20 cuando
salimos de nuestras habitaciones; fue entonces cuando tuve el gusto de saludar
al Sr. Lorenzo Meyer. Cuando salimos del hotel ya nos estaba esperando el
chofer de una camioneta VAN de modelo reciente, que habría de trasladarnos a
Santa Rosalía. Se me informó que José Luis Alonso Vargas no nos iba a acompañar
por problemas de salud. Avanzamos unas
cuadras y pasamos por Nacho Cárdenas; más adelante recogimos a un grupo de
estudiantes para luego enfilar hacia Santa Rosalía. Recorrimos algunos
kilómetros, pasamos por varias poblaciones hasta llegar a donde se terminaba el
pavimento. De allí en adelante pasaríamos por tramos en muy malas condiciones,
es decir, transitamos casi por pura terracería. Una patrulla de la policía fue
a encontrarnos para guiarnos hasta la localidad sede del evento. Llegamos a
Santa Rosalía, comunidad pintoresca de ambiente campirano que me hizo recordar
tiempos lejanos, tiempos de mi infancia cuando viví con mi abuela, Doña Lorenza
Carrasco. En la escuela de la localidad había mucho movimiento; empleados y
trabajadores del ayuntamiento preparaban el escenario, en la cancha techada de
básquet bol, donde se llevaría a cabo el evento. Nos recibió una joven
funcionaria del H. Ayuntamiento; luego de los saludos y de un breve intercambio
de palabras, nos llevó a un pequeño salón donde ya nos esperaba un rico
desayuno elaborado por manos de mujeres campesinas; eran gorditas de harina
rellenas de huevo, chile colorado con papas y de tomar buen vaso de refresco.
Minutos después hizo acto de presencia la
licenciada Silvia Rangel, presidenta municipal de Gral. Simón Bolívar,
Durango., acompañada de algunas personalidades de la localidad. También
hicieron su arribo los Señores Profesor José Gerardo Alvarado y Doctor Lorenzo Meyer.
Dio inicio el evento donde se declaraban Héroes
del Pueblo a la Señora Doña María Herculana Adame de la Cruz y su hijo José
Juan Fernández Adame, por su participación en la lucha campesina que culminó en
el Asalto al Cuartel Militar de Ciudad Madera, Chihuahua.
El comisario ejidal se encargó de dar la
bienvenida a las personalidades y pobladores presentes en el evento. La
Licenciada Rangel hizo las presentaciones de rigor, para luego continuar con la
participación de algunos de los presentes, con discursos alusivos a Doña
Herculana y su hijo José Juan.
El compañero Nacho Cárdenas interpretó el
corrido de “Don Epigmenio y Manuel”, que
a la letra dice: “En la hacienda del Aguaje/ vecina de Rosalía/ se mataron dos
cuñados/ pues así les convendría”/, etc.; también cantó el corrido de su
autoría, “Los sobrevivientes de de
Madera”.
Grupos de jóvenes estudiantes, de Gral. Simón
Bolívar y de Ciudad Juárez, Durango, nos deleitaron con algunos bailables
folklóricos y un joven, de la región, interpretó dos o tres canciones.
Se me invitó a pasar al pódium, pero antes, el
profesor Alvarado pidió el micrófono e hizo una breve semblanza de mi
participación en el Movimiento Armado; luego, haciendo uso de la palabra dije
lo siguiente: “El Profesor Arturo Gámiz y Salomón Gaytán decidieron mandarme a
la ciudad de Chihuahua, por ser yo el menos identificado de los integrantes del
grupo; la encomienda que llevaba era hacer contacto con los compañeros de la
red urbana, solicitarles información respecto a la situación política en la
ciudad y también apoyo logístico, es decir: dinero, alimentos, balas, ropa,
calzado, etc. Ya estando en la ciudad me dirigí a casa de Guadalupe Jacott,
luego hice contacto con algunos compañeros y les di a conocer la misión que me
llevaba ante ellos. Estuvieron de acuerdo en proporcionar la ayuda solicitada
pero tres días después regresó el compañero Oscar González y me dijo que yo ya
no iba a regresar a la sierra porque el compañero Arturo Gámiz había decidido
bajar al resto de los integrantes del grupo; que la razón era que Arturo
pensaba reclutar más elementos y se les iba a entrenar en cursos de
capacitación ideológica y militar. Me puse en contacto con Arturo Gámiz; me
autorizó a que fuera unos días a Nuevo Casas Grandes; después me llamó y me
dijo que ya nos íbamos a la ciudad de México; “por lo pronto –me dijo- te vas a
estar unos días en casa del compañero
Matías, luego pasará por ti el compañero Oscar Sandoval”. Fue así como llegué,
conocí y conviví algunos días con la aguerrida familia Fernández Adame y, desde
luego, con aquella gran luchadora social, la señora Doña Herculana Adame de la
Cruz. Muchas Gracias”.
La presidenta municipal, Licenciada Silvia
Rangel, recibió, de manos del Profesor José Gerardo Alvarado, la placa conmemorativa del homenaje a Doña
Herculana y su hijo José Juan; también entregó reconocimientos a varios de los
participantes en el evento. Yo recibí un reconocimiento y una caja de dominó
tallada en mármol.
Terminado el evento abordamos la camioneta VAN
y emprendimos el viaje de regreso a
Torreón. Ya estando en la ciudad, comimos en el restaurante del hotel.
José Luis Alonso, habiendo ya superado su problema de salud, se incorporó a
nuestro grupo. De allí salimos hacia el
Teatro Alberto N. Alvarado, donde se entregaría la presea John Reed al Dr.
Lorenzo Francisco Meyer Cossío, periodista, historiador y académico; profesor
emérito de El Colegio de México y miembro emérito del Sistema Nacional de
Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México;
licenciado en relaciones internacionales, por el Centro de Estudios
Internacionales de El Colegio de México; doctor en Relaciones Internacionales
por el Colegio de México, con estancia posdoctoral en el departamento de
Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago. Llegamos al Teatro Alberto N.
Alvarado. La gente empezaba a concentrarse en el recinto. Llegó gente de
MORENA; saludé a la profesora Gloria Torres y a Cuca Lugo Licerio. Personal de la Casa de la Cultura José
Revueltas, de Ciudad Juárez Dgo., soporte elemental de Proyecto Cultural Revueltas, muy activos,
daban los últimos toques organizativos previos al inicio del acto cultural. El
Dr. Lorenzo Meyer y otras personalidades subieron al estrado. La joven
conductora del programa hizo las presentaciones y, en primer lugar, dio la
palabra al Sr. Eric Alejandro Reyes Ramírez, subdirector de Comunicación de la
UAAAN-UL, quien disertó sobre la trayectoria cultural del Sr. Meyer. Hicieron
uso de la palabra otros oradores.
Continuando con la programación, le fue cedida la palabra al Sr. Luis Fernando
Gonzales Achem, presidente de la fundación John Reed quien, luego de externar
su opinión respecto a la trayectoria histórico-cultural del Sr. Meyer, procedió
a entregarle la medalla al merito. El
Dr. Lorenzo Meyer hiso uso de la palabra para, principalmente, agradecer la
distinción de haber sido galardonado otorgándole la medalla John Reed. Al
terminar el evento, la joven conductora dio las gracias a los asistentes e hizo
la invitación, para el día siguiente, a las conferencias de los señores Lorenzo
Meyer, Florencio Lugo y a la develación del busto de Emiliano Zapata.
Salimos hacia el hotel donde estábamos
hospedados; pasamos al restaurant, cenamos y nos retiramos a nuestras
habitaciones dispuestos a descansar. Al llegar a la habitación que yo ocupaba
encontré el equipaje del compañero Francisco Ornelas, lo cual significaba que
ya estaba en el hotel. Al día siguiente, después del desayuno, recogimos
nuestro equipaje y partimos hacia las
instalaciones de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro –Unidad Laguna
-. El compañero Nacho Cárdenas nos condujo hacia una oficina donde se nos
permitió dejar nuestro equipaje y, mientras se llegaba la hora del inicio de
los eventos que se iban a realizar, sostuvimos una muy animada charla con el
Sr. Eric Reyes, funcionario de la universidad.
Nos avisaron que el evento iba a dar inicio,
nos trasladamos al recinto donde se llevaría a cabo y nos acomodamos en los
asientos de enfrente; entró otro grupo de personas que también tomaron asiento
en la primera fila. Hizo acto de presencia el Sr. Eric reyes e inició el acto
dando la bienvenida a la concurrencia; presentó a los invitados especiales y a
las personas que acababan de llegar informando, a la vez, que eran presidentes
municipales procedentes del estado de Morelos y que eran los donadores del
busto de Emiliano Zapata que sería develado al terminar las conferencias. El
evento empezó con la participación de todos los presentes, en el Record Mundial
de Lectura Colectiva, organizado por Proyecto Cultural Revueltas. Se dio
lectura al documento titulado “El sueño de Pancho Villa”, del periodista y
escritor John Reed. A continuación, el
Sr. Eric Reyes anunció la participación del Dr. Meyer y lo invitó a pasar al
pódium. El público asistente escuchó con atención la cátedra histórico-política
externada por el Sr. Lorenzo Meyer y al terminar su intervención, se continuó
con la sesión de preguntas y respuestas a las que respondió con precisión y
contundencia.
Los encargados de amenizar el evento fueron los
Profesores Nacho Cárdenas y Pablo cabañas Barrientos; el compañero Nacho
interpretó el corrido a los mártires de madera y también el de los
sobrevivientes. Mientras Pablo Cabañas se preparaba para su intervención
musical, El compañero José Luis Alonso Vargas pasó al frente e hizo una breve
semblanza sobre la trayectoria revolucionaria del guerrillero Lucio Cabañas
Barrientos. Pablo Cabañas Barrientos cantó dos corridos de su autoría, uno al
guerrillero guerrerense Lucio Cabañas.
Se anunció mi participación y la de Francisco
Ornelas; Paco me preguntó: “¿Quién empieza?”
Empieza tú –le contesté-; se apersonó en el pódium, externó parte de su
experiencia adquirida en el Asalto al Cuartel de Ciudad Madera y de sus conocimientos
en política; al terminar continuó con las preguntas y respuestas. Alguien del
público pidió la palabra y dijo -palabras más palabras menos- lo siguiente:
“Qué caso tiene recordar a los muertos, propongo hablar de cosas más
importantes, de lo que estamos viviendo actualmente…” El compañero Ornelas
respondió haciendo caso omiso a la propuesta recibida, dio respuesta a dos o
tres preguntas más y terminó su participación.
Se me invito a pasar al frente; luego de
saludar a la concurrencia di lectura a un documento que es la síntesis de mi
experiencia adquirida desde mi participación en las invasiones de tierra en la
Morita, municipio de Janos Chih., hasta el Asalto al Cuartel de Ciudad Madera.
Al terminar la lectura, la profesora Elda Nevárez Flores pidió la palabra y
dijo: “Más que una pregunta, Florencio, quiero dirigirme al público”;
respondiendo a la persona que dijo “Qué caso tiene recordar a los muertos”,
habló de manera muy enérgica expresando la importancia de los hechos y
manifestando su gran admiración por los participantes en el movimiento armado y
por los revolucionarios caídos en el asalto al cuartel de Ciudad Madera. A
continuación pidió la palabra Francisco Javier García Ramírez, más conocido
como el “Encadenado”; se le conoce con éste apodo por haberse encadenado a una
silla en la cámara de diputados, protestando por una violación a sus derechos
humanos; también supe que fue regidor en Cuencamé, Durango. Francisco Javier no
formuló pregunta alguna; estuvo hablando durante algunos minutos hasta que el
Sr. Reyes se acercó discretamente y algo le dijo en voz baja; luego, me dio las
gracias por mi participación.
Se nos invitó a pasar a otra área del lugar en
donde se develaría el busto de Emiliano Zapata. Se entonó el himno nacional
mexicano acompañado con los acordes de la banda de guerra de la universidad.
Con la presencia de los presidentes municipales del estado de Morelos y la
participación oral de los Señores Lorenzo Meyer, Eric Reyes y uno de los
presidentes, fue develada efigie del caudillo morelense; a continuación la
rondalla de la UAAAN, nos deleitó con algunas canciones. Pasamos al comedor y
disfrutamos de una excelente y muy sabrosa comida.
El Profesor Alvarado, el Dr. Meyer, Nacho
Cárdenas y yo nos trasladamos al Aeropuerto de la ciudad de Torreón.
Solicitamos los boletos de abordar, el Dr. Meyer documentó su equipaje y en
seguida pasamos al restaurante donde tomamos un refrigerio mientras esperábamos
la hora de abordar. Llegado el momento, nos despedimos del Profesor Alvarado y
de Nacho Cárdenas. El Sr. Meyer y yo pasamos a revisión; subimos a la sala 1,
donde esperaríamos la salida del avión EMBRAER EMB E90 JET de Aeroméxico.
Volaríamos a la Cd. de México donde yo trasbordaría para volar a Hermosillo. El
Sr. Meyer hizo una llamada telefónica y se alejó un poco de donde nos encontrábamos.
Escuché que estaban solicitando mi presencia en el módulo de información; me
presenté en el módulo, donde se me informó que el vuelo que estábamos esperando
llegaría con retraso por lo que no llegaría a tiempo para abordar el vuelo a
Hermosillo. Me ofrecieron dos opciones: volar a México, pernoctar en la ciudad
para, al día siguiente tomar otro vuelo hacia Hermosillo o quedarme en Torreón y en la mañana abordar y viajar a
Hermosillo. Escogí quedarme a dormir en Torreón. La joven empleada de la línea
aérea me entrego dos boletos para cena y desayuno en el restaurante del
aeropuerto; un empleado de la línea aérea me llevaría a un hotel y pasaría por
mí en la mañana. Olvidé recoger mi pase de abordar pero la joven que me
atendió, gentilmente fue y me lo entregó cuando esperaba la cena que había
ordenado en el restaurante.
Al día siguiente, a las 6:00 de la mañana, el
empleado encargado de mi traslado llegó por mí y me llevó al aeropuerto. Fui a
tomar el desayuno, el camarero del restaurante me recomendó chilaquiles o
machaca con huevo; pero, por cuestiones de salud no puedo consumir queso,
tampoco carne ni huevos, por lo que ordené chilaquiles sin queso; minutos
después el mesero regresó con el platillo pero, se les olvidó quitar el queso.
Serían las 8:00 de la mañana cuando llegue a la sala 1-A. Poco antes de las
8:45, aborde el vuelo 2344; volamos a la ciudad de Chihuahua, donde la aeronave
hizo escala, y de allí a la ciudad de Hermosillo. A la 12:15 de la tarde aborde
el autobús en la terminal de TUFESA; poco después de haber salido de Hermosillo
empecé a sentir cierto malestar y dolor al lado izquierdo de mi estómago; cinco
horas después aproximadamente, llegamos a la ciudad de Agua Prieta.
Aquí termino el relato de las actividades en
las que en ésta ocasión participé y, principalmente, del homenaje a Doña María
Herculana Adame de la Cruz.
ESTELA
QUIÑONES PEDROZA
Mi reconocimiento eterno a la Profesora Estela
Quiñones Pedroza a quien conocí en Villa Juárez, población cercana a Gómez
Palacio, Durango, en la Casa de la Cultura José Revueltas, a donde fuimos, mi
compañera Rosa María y yo, invitados por el Profesor José Gerardo Alvarado a un
homenaje póstumo en honor del compañero Miguel Quiñones Pedroza. En el evento
estuvieron presentes la profesora Estela y sus hermanas entre otros muchos
asistentes.
Para entonces, mis problemas de salud se
manifestaban con frecuencia por lo que al regresar, la compañera Estela nos
invitó, a Rosa María y a mí, a permanecer unos días en su casa en Ciudad
Delicias, Chihuahua. Aprovechando nuestra estancia en la ciudad, la Maestra
Estela nos llevó a casa de la familia Fernández Adame, donde tuve el gusto de saludar, después de muchos
años, a Doña Herculana y Don Tiburcio, Padres de José Juan Fernández Adame.
A partir de entonces, la Maestra Estela y yo
mantuvimos contacto vía telefónica y a través de las redes sociales. La vi por
última vez en Nuevo Casas Grandes, el día 13 de mayo del 2015, en el evento
organizado por la Profesora Magdalena Ortiz, donde se conmemoró el 50
aniversario del Asalto al Cuartel de Ciudad Madera.
Por ella, por los ideales que la impulsaron a
las luchas sociales, por estar siempre a la vanguardia de las causas justas,
por su liderazgo en las acciones tendientes a mejorar las condiciones de los
más necesitados, por la Maestra Estela Quiñones Pedroza ¡Un recuerdo perenne a
su memoria!
Agua Prieta, Sonora. A 23 de julio del 2016.
Raúl Florencio Lugo Hernández.
Descendiente de familia de campesinos sin tierra, nació en el Apache, municipio de Galeana, Chihuahua, el día 30 de enero de 1943; hijo del matrimonio formado por Ramón Lugo Hernández y Celestina Hernández Carrasco. Desde pequeño empezó a darse cuenta de que la situación económica de su familia y de muchas otras familias era adversa, difícil y con muy pocas posibilidades de cambios positivos favorables a la comunidad; con el paso del tiempo, advertiría las causas del estatus social prevaleciente en la región por lo que, ya de joven, se unió a un grupo de solicitantes de tierra, pensando que tal decisión, podría ser la solución a la precaria situación económica que agobiaba a su familia.
Su participación en el grupo de agraristas, fue el inicio de un aprendizaje que después lo llevaría a otros niveles de la lucha social. Su participación en el Grupo Popular Guerrillero y en la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, terminaría en otra experiencia, recia como las anteriores, que fue su reclusión en la cárcel preventiva, conocida como El Palacio Negro de Lecumberri.
Al cumplir su condena de cinco años seis meses, en la penitenciaría de Santa Martha Acatitla, salió del presidio y se trasladó a la ciudad de Agua prieta, Sonora, donde radica actualmente. Sus actividades realizadas en ésta localidad y su participación en eventos político-culturales realizados en varios estados de la república, están plasmados en éste trabajo que él tituló: El Reencuentro.
Janneth Lugo Robles.
Agua Prieta, Sonora.
8 de marzo del 2017.
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