EL REENCUENTRO (Remembranzas)
EL REENCUENTRO
(Remembranzas)
D. R. Raúl Florencio Lugo Hernández
Calles 14 y15 av. 19 Nº 1450
Agua Prieta, Sonora.
Diseño de portada: Janneth Lugo Robles
Primera edición:
ISBN: en tramite
ÍNDICE
1.- PRÓLOGO
2.- SENTENCIA CUMPLIDA
3.- PROBLEMA DE SALUD
4.- DIRIGENTE SINDICAL
5.- REUNIÓN DE TRABAJO CON EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
6.- MI CAÍDA COMO DIRIGENTE SINDICAL
7.- PRESENTACIÓN DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE MADERA”
8.- A 38 AÑOS DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
9.- IV ENCUENTRO NACIONAL DE EX MILITANTES DEL MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA
10.- CONMEMORACIÓN DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
11.- PRESENTACIÓN DEL LIBRO “DEL CUARTEL A LECUMBERRI”
12.- 1ª ASAMBLEA NACIONAL DE IZQUIERDAS SOCIALISTAS
13.- 40 ANIVERSARIO DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
14.- 3ª EDICIÓN DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE CIUDAD MADERA”
15.- PRESENTACIÓN DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE CIUDAD MADERA”
16.- HOMENAJE A MIGUEL QUIÑONES PEDROZA
17.- DOÑA MARÍA HERCULANA ADAME DE LA CRUZ
18.- ESTELA QUIÑONES PEDROZA
EL REENCUENTRO
(REMEMBRANZAS)
SENTENCIA CUMPLIDA
Al cumplir mi sentencia de 5 años y 6 meses, los carceleros me entregaron mi boleta de libertad y salí del penal de Santa Martha, Acatítla. Un tanto incrédulo, cuando ya respiraba aires de libertad, me dirigí al domicilio de la familia Villanueva Vélez. Don Felipe había sido quien, entre otros compañeros, me proporcionó ayuda durante el tiempo que permanecí recluido; su madre, Doña Aurora, se había hecho cargo del cuidado de mi niña Alicia. También me proporcionaron, en el edificio de departamentos de su propiedad, una habitación para que me instalara, por lo menos mientras decidía que hacer en el tiempo venidero. Días después fui a visitar a Bertha Vega que, en aquel tiempo, radicaba en el Distrito Federal. Había sido ella el enlace con la representante de Editorial V siglos, para la publicación de mi libro “Salud y Belleza a Través del Yoga”.
Habiéndome, más o menos, acostumbrado a la libertad, busqué trabajo y fue la Sra. Georgina Greco, gerente de Editorial V Siglos, quien trató de ayudarme dándome empleo como vendedor de libros pero fracasé, pues no tuve habilidad para desempeñar aquel trabajo.
No busqué a quienes me habían dado protección y ayuda cuando llegué al Distrito Federal, procedente del estado de Chihuahua, que fueron el Ingeniero Raúl Álvarez E., el Doctor Raúl Villegas y el Odontólogo Mario Trejo; no lo hice porque cuando caí a la cárcel perdí el contacto y no volví a tener noticias de ellos durante el tiempo que estuve en cautiverio.
Posteriormente me trasladé a la ciudad de Agua Prieta, Sonora, donde vivían mis hermanas Socorro y María Elena quienes, en compañía de sus respectivas familias, me recibieron con jubilo y a la vez desconcertadas, pues les parecía imposible verme en libertad y allí, ante ellas. Unos días después, llegaron procedentes de Nuevo Casas Grandes, mi madre Celestina y mis hermanos Manuela y Rodolfo.
Después de saludar y convivir con mi familia, yo pensaba regresar al Distrito Federal, pero mis hermanas insistieron en que buscara trabajo en Agua Prieta y lograron convencerme. Mi primer empleo fue como instructor de yoga en un gimnasio de la localidad. Allí conocí a una joven cuando fue a inscribirse para la práctica yóguica; con ella empecé una relación sentimental que terminó en matrimonio. En una ciudad como Agua Prieta, aún siendo una entidad fronteriza, las prácticas esotéricas tienen poca aceptación, por lo que, al poco tiempo me vi en la necesidad de buscar otro empleo, logrando colocarme en la empresa maquiladora Rogers Mexicana. Era la primera vez que trabajaba como obrero en una fábrica. En dicho empleo tuve la oportunidad de convivir con gente de mi condición social, a quienes orientaba en sus problemas y sus derechos laborales. Los trabajadores me nombraron su representante ante la gerencia de la empresa.
PROBLEMA DE SALUD
La primera, de cuatro niñas que procreamos mi esposa y yo nació con problemas de salud. A los pocos meses de nacida le fue detectado un padecimiento cardiovascular; fue atendida en el Instituto Mexicano del seguro Social, pero los médicos se declararon incompetentes y ordenaron su traslado al seguro de la ciudad de Hermosillo, Sonora. Después fue trasladada al Centro Médico de Occidente de la Ciudad de Guadalajara, Jalisco.
El padecimiento de mi hija requería de una intervención quirúrgica de alto riesgo; por lo que la operación no se podía llevar a cabo hasta que la niña superara los tres años de edad. Fueron muchos los viajes a Guadalajara para asistir a las citas médicas. Los viáticos que me proporcionaba el instituto eran insuficientes para solventar los gastos generados por viajes y estancia en la urbe mencionada; por lo cual decidí trasladarme al Distrito Federal, con la intención de hacer contacto con los compañeros que, años antes, me habían proporcionado protección y ayuda.
En el zócalo capitalino abordé el “metro” para trasladarme a la colonia Algarín; descendí del transporte colectivo y caminé hacia Toribio Medina no. 116, domicilio del compañero Felipe Villanueva. Un poco antes de llegar me detuvieron dos individuos, vestidos de civil, quienes dijeron ser policías; me subieron a un automóvil particular y mientras uno manejaba el otro me registraba de pies a cabeza, quitándome el poco dinero que llevaba. Me dejaron en un lugar, para mí desconocido, y tuve que caminar tratando de orientarme para poder llegar al domicilio de Don Felipe.
A lo lejos miré unos edificios que me parecieron conocidos; ya cuando estuve cerca me di cuenta que eran los condominios donde vivía el Ingeniero Raúl Álvarez. El saludo fue inexpresivo. Le platiqué lo que me acababa de suceder; me estuvo haciendo preguntas a las cuales respondí y también tuve la oportunidad de aclarar malos entendidos. A final de cuentas me dio una ayuda económica y así pude regresar a la ciudad de Guadalajara habiéndome comprometido a regresar para, con trabajo, corresponder a la ayuda recibida. Días después los médicos dieron de alta a mi hija y fijaron fecha para la siguiente cita. La niña ya había cumplido la edad requerida para llevar a cabo la operación quirúrgica.
Había que regresar a la ciudad de Agua Prieta mientras llegaba el día señalado por los médicos para internar de nuevo a mi pequeña. Debido a la escases de dinero, decidí regresar al Distrito Federal, porque –pensé- en la ciudad capital había mas posibilidades de trabajo. Al llegar a la gran urbe me dirigí al domicilio del compañero Felipe, pero ahora iban conmigo mi esposa y mi hija. Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que la familia Villanueva no se encontraba en su domicilio, por lo que tuvimos que pasar la noche bajo la escalera que daba acceso al edificio de departamentos, propiedad de la Señora Vélez.
Al día siguiente, la preocupación me abatía, pues de momento no sabía que hacer o a donde dirigirme; sin saber por qué, decidí trasladarme, con mi mujer y mi hija, al zoológico de Chapultepec. Recorrimos las instalaciones observando a cada uno de los habitantes de aquel lugar y poco después buscamos en donde sentarnos para descansar. Un joven pasó cerca de nosotros. Me quedé mirándolo y… ¡Grande fue mi sorpresa! Era el Doctor Raúl Villegas. Hacía mucho tiempo, años, que no tenía noticias de él, por lo que aquel encuentro inesperado fue para mí, motivo de alegría y una esperanza de solución a los problemas que me aquejaban. Después de un saludo muy afectuoso, le hice saber parte de los problemas por los que estábamos atravesando, motivo por el cual nos encontrábamos en aquel lugar. El joven médico prometió ayudarnos; nos invitó a comer y luego nos llevó al departamento de una pareja de amigos suyos. Se despidió prometiendo regresar al día siguiente. Un día después nos hospedó en un hotel mientras –dijo- encontraba un lugar donde pudiera alojarnos durante nuestra permanencia en la ciudad capital.
Dos días después, el Doctor Villegas regresó para decirnos que ya tenía a donde llevarnos; que había localizado a Gladys Guadalupe López; que Gladys había aceptado darnos alojamiento en su casa y nos estaba esperando en una estación del “metro”. Fue así como llegamos a casa de la familia López Hernández, de quienes guardo muy bonitos recuerdos y un gran agradecimiento.
Tiempo después regresamos a Guadalajara; se llevó a cabo la intervención quirúrgica y todo salió bien, en apariencia; cinco días después, mi niña falleció.
DIRIGENTE SINDICAL
Regresamos a la ciudad de Agua Prieta. Busqué trabajo y me ocuparon en la empresa maquiladora Equipo Automotriz Americana. Pasaron los meses y yo seguí orientando a los compañeros de trabajo en sus problemas laborales.
El Diputado Rodolfo Audelo Neri, Secretario General de la CTS-CROC en el estado de Sonora, organizó una asamblea para elegir al Secretario General del sindicato de las maquiladoras; esto debido a que la Secretaria General anterior había sido destituida del cargo, por incurrir en problemas administrativos. La asamblea fue organizada por acuerdo de la dirigencia estatal, de autoridades estatales y de la asociación de maquiladoras de Agua Prieta, sin tomar en cuenta a los, casi cuatro mil, obreros afiliados al sindicato.
Cuando se llevó a cabo la asamblea, ante la presencia del gobernador del estado Samuel Ocaña García, a los trabajadores nos llevaron en grupos de representación a las instalaciones del Cinema Ariel donde se realizó el evento. Se armó tan bien el tinglado que la asamblea concluyó con el nombramiento, como secretario general del sindicato, del Sr. José Soto, candidato único e incondicional de Rodolfo Audelo Neri.
A partir de entonces, Arcelia Alejandrez, Justo Tirado y yo iniciamos un movimiento obrero tendiente a destituir al Secretario General impuesto por la dirigencia de la CTS-CROC. Fueron muchos meses de lucha constante, de asambleas al aire libre, de mítines y de viajes a Hermosillo a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Estado de Sonora. El Secretario General de la CROM estatal, Rosario Cortez Gámez, nos ofreció su apoyo ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, para llevar a cabo los tramites relativos a nuestro movimiento.
Logramos nuestro objetivo. El Secretario General del sindicato, José Soto, fue destituido. La Junta de conciliación y Arbitraje otorgó el nombramiento como Secretaria General a Arcelia Alejandrez. El tiempo pasaba. Hicimos los trámites correspondientes ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, para cambiar al sindicato de la CTS-CROC a la CROM. No fue fácil, pero lo logramos. En el sindicato hubo cambios que beneficiaban a los obreros; es decir, en los contratos colectivos de trabajo se iban logrando prestaciones importantes que antes no tenían los trabajadores. Pero, empezaron los problemas entre Arcelia Alejandrez y Rosario Cortez Gámez. El dirigente estatal, influyente en la Junta de Conciliación y arbitraje, promovió la destitución de Arcelia, logrando, en poco tiempo, quitarla de la Secretaria General. Cortez Gámez me cito en la Junta de Conciliación, para darme el nombramiento como Secretario General interino. Pedí una explicación a cerca de la destitución de Arcelia Alejandrez. El abogado de la CROM, ante un funcionario de la Junta Local de Conciliación, me dijo: “Mira, el nombramiento era para Eliseo Núñez, pero no acudió a la cita; si no lo aceptas tú, no hay problema; Cortez tiene a quien poner al frente del sindicato”.
Fue así como llegué a ocupar el cargo de Secretario General del Sindicato de Obreros y Obreras Industriales Conexos y Similares del Municipio de Agua Prieta, Sonora. El nombramiento que me acreditaba cono secretario general del sindicato, fue motivo de envidia y descontento entre algunos politiquillos y funcionarios locales.
Mi objetivo era valerme de esta organización obrera, con la finalidad de lograr mejores beneficios para los trabajadores. Logré hacer tres promociones de vivienda ante Infonavit y, a diferencia de las centrales obreras CTS-CROC y CTM, yo sí entregué las viviendas a los trabajadores sin pedirles dinero a cambio; el único requisito era que estuvieran afiliados al sindicato, lo cual perjudicaba los intereses de los dirigentes de las centrales obreras antes mencionadas, incluyendo a los de la CROM estatal.
REUNIÓN DE TRABAJO CON EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
En aquel tiempo, el licenciado Bulmaro Pacheco Moreno participaba de manera importante en la política a nivel estatal. Sin yo solicitarlo, fui registrado como candidato a diputado local suplente por el V distrito electoral; hecho al que no le di importancia pero sí causó incomodidad en los dirigentes de la CROM estatal, pues ellos sí buscaban acomodarse en puestos públicos con los gobiernos priistas. También me llegó la invitación para participar en una reunión de trabajo que se llevaría a cabo en la Ciudad de Nogales, Sonora, programada para el día 7 de julio de 1987, misma que sería encabezada por el presidente de la república Miguel de la Madrid Hurtado. Los organizadores de dicho evento me hicieron saber que tenía que elaborar un escrito para presentarlo en la reunión. El encabezado de mi ponencia fue “Relaciones laborales y Problemática de los Trabajadores en la Frontera”. Se me informó que mi trabajo tenía que ser presentado primero al gobernador del estado Ingeniero Rodolfo Félix Valdés, para su aprobación, por lo que tuve que trasladarme a la ciudad de Hermosillo.
Ya estando de nuevo en Agua Prieta, me llamó el presidente municipal Bernardino Meza Ortiz, para comunicarme que los organizadores del evento lo habían responsabilizado de mi traslado a la Ciudad de Nogales. Meza Ortiz y un colaborador de él, ex presidente municipal, conocido como el Químico Bernal, me llevaron hasta la puerta de entrada del edificio sede de la reunión. En el local se encontraban las personas que participarían en los trabajos programados. Un individuo, no estoy seguro pero creo que pertenecía al Estado Mayor presidencial, nos ordenó, al Ingeniero Marcelino Bauza y a mí, que nos trasladáramos a la entrada del edificio y nos dio instrucciones para que diéramos la bienvenida al señor presidente y su comitiva. El Ingeniero Bauza intrigado me preguntó: “¿Por qué nos mandarían a nosotros?” No sé –le contesté- no tengo la menor idea. (Ni yo mismo me explicaba el por qué de mi registro como candidato a diputado local suplente y mucho menos el hecho de que me invitaran a participar en aquel evento político).
Afuera del edificio había una multitud compuesta en su mayoría por priistas del estado. En el recinto nos reunimos: Miguel de la Madrid Hurtado presidente de México, Carlos Salinas de Gortari Secretario de Programación y Presupuesto, Héctor Hernández Cervantes Secretario de Comercio y fomento Industrial y algunas personalidades de la comitiva presidencial. Por el estado de Sonora el Ingeniero Rodolfo Félix Valdés gobernador del estado, Cesar José Dabdoub Chávez presidente municipal de Nogales, Francisco Mendivil Estrada representante de la industria maquiladora Local, Edgardo Flores Urbina presidente de la CANACO de Nogales, Raúl F. Lugo Hernández secretario general de la CROM de Agua Prieta y el Ingeniero Marcelino Bauza Rosete director del Tecnológico de Nogales. Dieron inicio los trabajos con la intervención del Ingeniero Rodolfo Félix Valdés que también fungió como moderador en la reunión. A continuación se dio lectura a cada una de las ponencias. Hubo un receso de 15 minutos. Se reanudaron los trabajos con un dialogo entre los asistentes y el señor presidente de la república que duró aproximadamente una hora. De regreso a Agua Prieta el Químico Bernal, platicando con Bernardino Meza, profirió una amenaza velada “…nomás que no se vayan a equivocar de candidato porque se arma la bronca” (se refería a la candidatura para presidente municipal).
MI CAÍDA COMO DIRIGENTE SINDICAL
Mis problemas como dirigente sindical empezaron cuando descubrí que el secretario general de la CROM a nivel estatal, Rosario Cortez Gámez, estaba haciendo el gran negocio con las promociones de vivienda; es decir, hacía las promociones ante Infonavit, cobraba el dinero por medio de una empresa constructora “fantasma” y no construía las casas. Hice la denuncia ante los directivos de la CROM nacional. Lo que yo ignoraba es que dicho individuo estaba en contubernio con el secretario de gobierno y con el director de Infonavit, con quienes compartía el producto del fraude a los trabajadores. Se destapó la cloaca y fueron separados de sus cargos el secretario general de la CROM y el director de Infonavit, pero no el secretario de gobierno quien se fue en mi contra con todo el poder de su cargo, dando “luz verde” a funcionarios locales y a periodistas para que me atacaran con la finalidad de desacreditarme como dirigente obrero.
Los acontecimientos dieron un leve giro a mi favor, pues Carlos Humberto Arvisu Apodaca fue nombrado Secretario General de la CROM estatal y yo quede como Secretario del Exterior. Los incondicionales del secretario de gobierno no pudieron atacarme legalmente y empezaron los “golpes bajos”; es decir, valiéndose de ofrecimientos lograron poner en mi contra a tres de mis “compañeros” de la mesa directiva. A Justo Tirado le ofrecieron el cargo que yo ocupaba (la secretaría general del sindicato) y “hueso” en el H. Ayuntamiento si se ponía en mi contra. Sin pensarlo mucho acepto el ofrecimiento. En una ocasión llegó a mi oficina una joven, menor de edad (16 o 17 años), quien me pidió que la instruyera en cuestiones sindicales, accedí a la petición pero pronto me di cuenta de que había sido enviada para hacerme caer en la provocación y así tener motivos para poder atacarme. En otra ocasión convencieron a un ex delegado sindical para que me provocara. Me insultó de tal manera que me hizo perder el control; le di dos golpes en la cara, motivo por el cual fui consignado y procesado por el delito de lesiones, lo cual era totalmente falso, en realidad no hubo lesiones, pero de eso se valieron para perjudicarme.
Salí bajo fianza. Durante ocho meses estuve yendo a firmar al juzgado. Un periodista hermosillense, Pedro Medina, del periódico El Imparcial, me atacaba con saña; cuando alguien le preguntó que por qué me atacaba sin saber cómo estaban las cosas en Agua Prieta, no supo que contestar y solo dijo: “es mi trabajo”. Un “periodista” agua pretense, apodado “El Cheri” dueño de un pasquín de circulación local, me atacó de tal manera que hasta llegó a mentarme la madre. Manlio Fabio Beltrones, en plena campaña política como candidato a gobernador por el estado de Sonora, mandó a quien sería Secretario de Gobierno en su mandato, con el siguiente mensaje: “de parte de mi candidato, que te alinies o ya sabes”. Solicité apoyo al Secretario General del comité Ejecutivo Nacional de la CROM, Lic. Ignacio Cuauhtémoc Paleta, quien me contestó de manera cortante, tajante: “búscate un buen abogado”.
Tiempo después me citó el ministerio público; acudí a la cita y el funcionario me dijo que ya tenía todo listo para consignarme por robo si no entregaba el sindicato. Era obvio que estaban dispuestos a todo, por lo tanto decidí darme por vencido. Fue así como el secretario de gobierno, el Profesor Parra Enríquez, logró quitarme la secretaría general del sindicato. Todo esto sucedió a finales del sexenio del Ing. Rodolfo Félix Valdés.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE MADERA”
Cuando salí de Santa Martha (enero de 1977), hice contacto con Don Felipe y con Bertha Vega; cuando ya radicaba en Agua Prieta, con el Ingeniero Raúl Álvarez, con el Doctor Raúl Villegas y con Gladys G. López. No volví a tener contacto con ningún otro compañero o compañera hasta el año de 2003 cuando se llevó a cabo la presentación de mi libro “El Asalto al cuartel de Madera”, evento que se realizó en la ciudad de México.
Levanté el auricular del teléfono, contesté y fue grata la sorpresa al escuchar, después de muchos años, la voz de Gladys G. López. El saludo fue cordial; Luego, Gladys procedió a informarme que mi libro había sido publicado. Me dijo: “David Cilia Olmos fue quien publicó tu libro ¿Qué piensas hacer?”. A mí me dio gusto saber que mi trabajo había sido publicado. Le contesté que no pensaba hacer nada, pues me parecía importante que mi testimonio se diera a conocer. “Pensé que eso me ibas a decir; pero yo hablé con David y le dije que tú estas vivo que radicas en Sonora; que debió buscarte y pedir tu autorización”.
Días después Gladys me llamó para decirme que David Cilia aceptaba cualquier condición o arreglo conmigo y que me invitaba a la presentación del libro, la cual se llevaría a cabo el día 14 de marzo del año 2003, en el auditorio Ricardo Flores Mogón, de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Me trasladé a la ciudad de México. En el aeropuerto internacional me estaban esperando Gladys y su amiga Carmen. Me pusieron en contacto con David Cilia. David me llevó a casa de su madre y allí permanecí mientras se llegaba el día la presentación del libro.
David Cilia sugirió al joven periodista, hijo de Reyna García, que me llevara al Parque María Teresa (o parque de los cocodrilos) donde se encuentra la estatua de José Martí; allí, junto a la estatua, me tomó algunas fotos. Después, David me llevó a una radiodifusora donde previamente había concertado una entrevista. Entramos a las instalaciones de la estación de radio, esperamos unos minutos y luego nos pasaron a la cabina de transmisiones. Cuando se estaba llevando a cabo la entrevista, llegó a la radiodifusora el Senador por el PRD, Jesús Ortega Martínez; él y sus acompañantes esperaron en el pasillo mientras terminábamos nosotros. Terminada la entrevista salimos, saludamos al Senador y él pidió que nos tomaran una foto; platicamos brevemente, nos despedimos y pasaron a la cabina donde también sería entrevistado el senador.
Llegamos al lugar donde se iba a llevar a cabo el evento; en el local se encontraban algunos sobrevivientes del movimiento, que habían militado en distintos grupos armados y que, como yo, habían tenido la suerte de sobrevivir a las acciones de aniquilamiento ordenadas por el gobierno federal y ejecutadas por sus esbirros. Fue mi primer reencuentro con ex guerrilleros y también con luchadores sociales como Don Ignacio del Valle, dirigente del movimiento de San Salvador Atanco, y algunos de sus más cercanos colaboradores. Desde luego, estuvieron presentes David Cilia, Gladys, su hermana Rosa Hilda, su hermano Aarón y Carmen su amiga, Ana Ignacia Rodríguez “La Nacha”, Álvaro Mario Cartagena “El Guaymas”, Francisco Ramírez “El Panchoven”, Adela Cedillo, Pedro Marín, Reyna García, Guillermo Reyes García y muchos compañeros más.
Era la primera vez que yo participaba en un evento como el que iba a dar inicio en aquel momento. Subí al estrado y busqué mi lugar en la mesa del presídium; sentía una emoción indescriptible. David Cilia hizo la presentación del libro. No recuerdo el nombre de la persona que fungió como moderador. El tema central del evento, según mi criterio, se llevó a cabo de manera precisa y con mucha armonía. Luego se llegó a la sesión de preguntas y respuestas. Participaron dos o tres cantantes. Don Ignacio del Valle pidió la palabra y externó algunos conceptos alusivos a mi participación en los inicios de la lucha armada; me regaló un paliacate rojo y el machete que portaba cuando movilizó a su pueblo ante las pretensiones arbitrarias de Vicente Fox y Enrique Peña Nieto. Luego vino la toma de las fotos del recuerdo; el evento terminó, para mí, satisfactoriamente.
Gladys y Carmen pasaron al domicilio donde me encontraba para llevarme a casa del escritor Carlos Montemayor. Él y su esposa, la Sra. Susana de la Garza, nos recibieron con gusto; después del saludo, nos invitaron a desayunar para luego iniciar la plática referente a mi participación en el asalto al cuartel de Ciudad Madera. Me mostró unas copias de mi libro y formuló algunas preguntas en referencia a cuestiones que ignoraba, respecto a mi participación en el asalto. Conocer a Carlos Montemayor y a su esposa fue para mí una experiencia grata y una gran satisfacción personal.
David Cilia le pidió a Gladys que me llevara a su domicilio. Carmen, que era experta manejando en el Distrito Federal, condujo el automóvil. Estando en casa de David, Gladys y Carmen se despidieron de mí, pues al día siguiente partiría yo hacia el estado de Sonora. Agradecí sus atenciones y les hice una invitación para que me visitaran en Agua Prieta.
En casa de David se había preparado un convivio donde había comida y bebida para pasar una noche de festín. El tiempo fue transcurriendo entre pláticas, risas y canciones; entre la concurrencia se encontraba una mujer… ¡guapa! Acompañada de un joven que portaba una cámara de video. David me dijo que me iban a hacer una entrevista; pasó la media noche y de la entrevista nada. Por fin, ya casi de madrugada, ya con algunas copas “entre pecho y espalda” me hicieron la esperada entrevista. Cuando se terminó la velada, la esposa de David me indicó la habitación donde iba a dormir. No, no dormí pues el avión salía a las nueve de la mañana y había que estar en la terminal aérea, por lo menos una hora antes. David no se despertaba y empecé a preocuparme. Hable por teléfono con Gladys y le dije el motivo de mi preocupación; me dio un numero telefónico y me dijo que hablara para solicitar que pospusieran mi salida. Así lo hice. Esperé a que David se despertara y por fin me llevó al aeropuerto internacional de la ciudad. Hice el trámite correspondiente para abordar el avión. Tuve que esperar más tiempo del indicado, pues la salida se retrasó y, por un descuido mío, por poco y pierdo mi vuelo.
A 38 AÑOS DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
Se hacían los preparativos para los festejos en homenaje a los compañeros caídos el 23 de septiembre de 1965, al cumplirse 38 años del asalto al cuartel militar de Ciudad Madera; al mismo tiempo, se hacían los trabajos y preparativos para la presentación del libro “Las Armas del Alba” del escritor Carlos Montemayor. Algo sobresaliente en aquellas actividades era el reencuentro de los sobrevivientes del asalto al cuartel a 38 años de distancia de aquella gesta heroica.
El día 22 de septiembre (2003), se organizó un convivio en casa de uno de los hijos del Dr. Pablo Gómez; allí se dio el reencuentro entre los cuatro sobrevivientes, Francisco Ornelas Gómez, José Juan Fernández Adame, Ramón Mendoza y yo; estuvieron presentes: La Sra. Alma Caballero, Alma Gómez Caballero, Eduardo Gómez, Pablito Gómez y otros miembros de la familia; Armando Gaytán Zaldívar, Laura Gaytán Zaldívar, Álvaro Ríos Ramírez, Salvador Gaytán Aguirre, Carlos Montemayor y muchos otros invitados. Pero, no solo fue el reencuentro con mis compañeros que participaron en el asalto, sino también con otros compañeros y compañeras que habían participado en la lucha armada en diferentes frentes revolucionarios. Me reencontré con Bertha Vega, Gladys G. López, Juan Chávez de la Rocha, Francisco Pizarro y el profesor José Luis Aguayo Álvarez; conocí a José Luis Alonso Vargas, Rosa María González, Bertha Lilia Gutiérrez “La Tita” y otros compañeros que ahora escapan a mi memoria.
El día 23 por la mañana salimos de la Ciudad de Chihuahua hacia Ciudad Madera; el compañero Juan Chávez de la Rocha y su esposa se habían ofrecido para llevarnos, a Rosa María mi esposa y a mí, al homenaje que se llevaría a cabo en aquella ciudad y regresarnos a la ciudad capital para hacer acto de presencia en la presentación del libro, “Las Armas del Alba” la cual se llevaría a cabo en el Teatro de la Ciudad”.
En Ciudad Madera participamos en algunos actos que se llevaron a cobo dentro del gran homenaje a los compañeros que murieron en el asalto al cuartel, que fueron: el reconocimiento del terreno donde se encontraba el cuartel militar y el homenaje en el panteón ante la tumba donde descansan los restos de aquellos ocho compañeros que ofrendaron sus vidas por la causa reivindicadora del pueblo mexicano.
Regresamos a la ciudad de Chihuahua y llegamos al Teatro de la Ciudad minutos antes de que diera inicio la presentación del libro “Las Armas del Alba” (evento organizado por el comité Primeros Vientos); una compañera me tomó del brazo y caminamos lo más rápido posible hasta el lugar donde se encontraban Paco Ornelas, Ramón Mendoza y José Juan Fernández. El buen amigo y compañero Nacho Cárdenas amenizaba el momento con sus corridos revolucionarios. Sentados, esperábamos que nos indicaran que ya podíamos subir al estrado. Se acercaron dos periodistas y empezaron a hacer preguntas. Paco Ornelas estaba respondiendo pero, en ese momento, nos indicaron que ya debíamos subir, por lo tanto, la entrevista quedó a medias. Subió Ramón, luego José Juan, en seguida yo y al ultimo Francisco. En el otro extremo del estrado ya se encontraban: el escritor Carlos Montemayor, el general José Francisco Gallardo Rodríguez (invitado especial de Carlos Montemayor) y Olga Aragón, moderadora del evento. La joven dio por iniciados los trabajos e hizo las presentaciones de rigor (a mí me presentó como Francisco Lugo, alguien del publico gritó “Florencio” y la joven conductora agradeció la aclaración); luego, dio una breve introducción a la temática por realizar. En primer lugar otorgó la palabra a Ramón Mendoza, quien dio lectura a un documento breve elaborado por él mismo. A continuación le concedió la palabra a José Juan Fernández quien externó una arenga en relación al movimiento armado de los años 60s y también de actividades personales. Llegó mi turno y empecé felicitando al Maestro Montemayor por su obra político-literaria “Las Armas del Alba”; luego, solicité un minuto para hacer un brevísimo homenaje a las compañeras ex guerrilleras y a las madres, hermanas, esposas e hijas de los revolucionarios, que de alguna manera, directa o indirectamente, también habían participado en la lucha armada. A continuación di lectura a un documento en el cual hacia referencia al recuerdo de mis compañeros caídos en el asalto al cuartel; me dirigí a los presentes y a las nuevas generaciones para decirles que: “a 38 años de distancia de aquellos hechos que marcaron el inicio de la lucha armada en México, las condiciones de vida de la gente, en cualquier parte del mundo, siguen empeorando porque, de entonces a la fecha, ha habido cambios enormes pero a favor de los poderosos, como fue la caída del sistema socialista, por lo que, el imperialismo avanza a pasos agigantados hacia el control absoluto sobre la humanidad”. Al final del documento hacia una propuesta: “hacer resurgir la izquierda; una izquierda revolucionaria autentica que participe, que actúe con inteligencia, que emprenda acciones importantes tendientes a frenar el avance imperialista, que a través de su enorme poderío nos está conduciendo hacia el nivel mas bajo de la condición humana”. A continuación le fue concedida la palabra al compañero Francisco Ornelas, quien externó un discurso, con una duración considerable, relativo al movimiento revolucionario y a su participación en la lucha. En seguida, la moderadora le cedió la palabra al general José Francisco Gallardo Rodríguez, quien habló de su lucha dentro de las filas del ejército, tendiente a combatir las irregularidades existentes en el mismo, motivo por el cual fue encarcelado, habiendo permanecido privado de su libertad por un período de ocho años. Por último, el escritor Carlos Montemayor, haciendo uso de la palabra, nos dio cátedra refiriéndose a los trabajos relativos a la conformación de su libro “Las Armas del Alba” parte medular de aquel gran evento literario-cultural. Al terminar, subieron al escenario algunas personalidades quienes, entre saludos y abrazos, se fotografiaban con los participantes. Luego, se llevó a cabo un brindis en el vestíbulo del Teatro de la Ciudad, donde también se había montado una exposición fotográfica.
IV ENCUENTRO NACIONAL DE EX MILITANTES DEL MOVIMIENTO ARMADO SOCIALISTA
Recibí una invitación para participar en el IV Encuentro Nacional de Ex Militantes del Movimiento Armado Socialista de México, programado para los días 24 y 25 de abril del 2004, el cual se llevaría a cabo en el Hotel Villa Primavera, en Zapopan, Jalisco, convocado por el colectivo “Rodolfo Reyes Crespo” y la revista Filo y Causas, Vikingos. Rosa María y yo nos trasladamos a la ciudad de Guadalajara en un autobús de línea; llegamos a la terminal entre las 6 y 7 de la tarde. Me comuniqué con Rosa María González quien me dijo que Ramón Ramos Mogrovejo pasaría por nosotros a la central camionera. Ramón y su esposa tardaron un poco pero al fin llegaron a la sala de espera donde nos encontrábamos. El encuentro fue muy emotivo, pues Ramón y yo no nos veíamos desde que estábamos recluidos en Lecumberri. Cuando llegamos al hotel nos recibieron Rosa María González y Bertha Lilia Gutiérrez “La Tita”; nos llevaron a la habitación que habríamos de ocupar y estuvieron allí, unos momentos, platicando con nosotros.
En la sala para eventos estaba todo listo para empezar los trabajos del Encuentro Nacional de Ex Militantes del Movimiento Armado Socialista. Allí nos reunimos muchos ex combatientes de diferentes grupos armados; mi compañera y yo participamos y convivimos con Rosa María González, Bertha Lilia Gutiérrez Campos, José Luis Alonso Vargas, Ramón Ramos Mogrovejo, Miguel Topete Díaz, Salvador Gaytán Aguirre, Eduardo Esquivel Revilla, Adela Cedillo, Fritz Glockner y muchos otros compañeros. La comisión organizadora del evento estuvo compuesta por: José Luis Alonso Vargas, Eduardo Esquivel Revilla, Rosa María González Carranza, José Luis Moreno Borbolla, María de la Luz Aguilar Terrés, Bertha Lilia Gutiérrez Campos y Mario Ramírez Salas. Los trabajos de la reunión se llevaron a cabo bajo los siguientes temas: 1) Proyectos políticos de las organizaciones guerrilleras por los cuales lucharon durante las décadas comprendidas entre 1960 y 1980. 2) Análisis y balance de las luchas. 3) Perspectiva para el desarrollo de una organización y de una política que posibilite incidir en los cambios sustanciales del país. Conforme pasaba el tiempo se fue avanzando en la presentación de las ponencias y en otras actividades relativas a los trabajos que se estaban realizando. En el tiempo dedicado a acuerdos y compromisos se nombró a Salvador Gaytán, presidente del “Colectivo de Ex Militantes del Movimiento Armado Socialista”. Mi compañera y yo nos encontrábamos sentados entre la concurrencia. Un camarada que se encontraba cerca de nosotros pidió la palabra y dijo: ¿Y a Florencio donde lo dejan? Entonces, rápidamente se pusieron de acuerdo y me nombraron vicepresidente. Bueno, la verdad, a mí no me preocupaba ser o no ser vicepresidente pero no dije nada y así quedaron los nombramientos. Yo me había preparado con un documento porque había entendido que participaría en los trabajos programados. Dentro de los trabajos que se estaban realizando también se llevó a cabo la presentación de uno de los libros del compañero Fritz Glockner. En otro momento, un individuo pidió la palabra y despotricó en contra de Fidel Castro; tuvo la osadía de llamarlo sátrapa. El compañero José Luis Alonso, haciendo uso de la palabra, hizo una muy buena defensa a favor del presidente cubano. Los recesos fueron amenizados con canciones y corridos interpretados por Celia Torres, esposa del camarada Miguel Topete. Ya estaban terminando los trabajos de la IV Reunión Nacional de Ex Militantes del Movimiento Armado Socialista en México, cuando alguien recordó que yo estaba presente y, bueno, me invitaron a subir al estrado; por fin pude dar lectura a mi documento. La compañera Bertha Lilia, muy preocupada, se disculpó conmigo por el olvido involuntario de los camaradas que ocupaban el presídium.
CONMEMORACIÓN DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
El día 23 de septiembre del año 2004, se llevaron a cabo los trabajos en conmemoración al asalto a cuartel militar de Ciudad Madera, donde perdieran la vida ocho de los mejores cuadros revolucionarios del “Grupo Popular Guerrillero”. Hicieron acto de presencia algunos ex militantes del “Movimiento Armado Socialista”, un buen numero de habitantes de la ciudad y del ejido “Arturo Gámiz”. Los trabajos dieron inicio con la participación de varios camaradas en la radiodifusora local, donde fuimos entrevistados. A continuación nos trasladamos al panteón municipal, para llevar a cabo el homenaje ante la tumba donde descansan los restos de los compañeros muertos en el asalto. De allí nos trasladamos al ejido “Arturo Gámiz”, donde se llevo a cabo una asamblea en la que participaron, únicamente 14 o 15 compañeros. Estuvieron presentes los camaradas: José Luis Alonso Vargas, Rosa María González, Bertha Lilia Gutiérrez, Salvador Gaytan, Eduardo Esquivel Revilla, Efraín Esquivel Revilla, Antonio Orozco, Carlos Sepúlveda, José Luis Moreno borbolla, Héctor Ibarra Chávez, compañeros ex militantes del grupo “Lacandones” y yo. En dicha asamblea se llegó a los siguientes acuerdos: 1) Quedó instalada la sesión como continuación de los trabajos de la IV Reunión Nacional, realizada en Zapopan, Jalisco. 2) Se acuerda no tomar resolutivos definitivos, sino definir proposiciones para ser sancionadas por el congreso fundacional de la Organización Política Nacional. 3) Que el congreso se realice el 2 de noviembre del 2004. 4) Por consenso se propone la constitución de una Asociación Política Nacional y realizar en lo posible las tareas concernientes a tal propósito. 5) Que se nombren las comisiones de trabajo hacia la APN cuyos resultados serán sancionados por el congreso. Organización: Salvador Gaytán y Eduardo Esquivel Revilla. Cabildeo y Relaciones: José Luis Alonso Vargas y Efraín Esquivel Revilla. Redacción, para elaborar la Declaración de Principios: Antonio Orozco y Carlos Sepúlveda. Comunicación y Vinculación Orgánica: José Luis Moreno Borbolla y Eduardo Esquivel Revilla. 6) Se suscribe el siguiente texto para ser considerado en los documentos básicos de la Organización Política Nacional. Terminados los trabajos de la asamblea, a saborear la comida preparada por los compañeros del ejido “Arturo Gámiz”. Por la tarde regresamos a Ciudad Madera. Mi compañera y yo pensábamos tomar el autobús hacia Nuevo Casas Grandes; en la terminal nos informaron que no había salida a dicha ciudad hasta el día siguiente. Los camaradas procedentes de Jalisco viajaban en camioneta y se dirigían a la Ciudad de Chihuahua; Rosa María González nos dijo que en el vehículo había lugares y nos invitó a viajar con ellos. En el poblado La Junta se quedaron dos compañeros que tomarían el tren hacia los Mochis, Sinaloa. En la ciudad capital, mi compañera y yo abordamos un autobús que nos llevaría hasta Agua Prieta, Sonora.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “DEL CUARTEL A LECUMBERRI”
El Comité Primeros Vientos organizó la presentación del mi libro “Del Cuartel a Lecumberri”; el evento se programó para el día 16 de marzo del 2005 a las 20:00 horas en el Centro Cultural Quinta Gameros. Participó como presentador el compañero José Luis Aguayo Álvarez, la moderadora fue Alma Gómez Caballero, estuvo presente el compañero Paco Ornelas y Nacho Cárdenas se encargó de amenizar el evento cantando sus corridos revolucionarios; en primer lugar cantó el corrido de los Mártires de Madera. Rosa María Bustamante se hizo cargo de la venta de los libros.
El evento dio inicio a la hora indicada, con una asistencia aceptable. La compañera Alma Gómez hizo las presentaciones de rigor y a continuación dio la palabra al Profesor José Luis Aguayo quien llevó a cabo la presentación del libro de una manera amena y detallada. Cuando la compañera Alma me concedió la palabra me dirigí al publico asistente, entre quienes se encontraban Bertha Vega, Francisco Hernández y otros compañeros; les pedí que mi intervención se llevara a cabo en base a preguntas y respuestas; me hicieron muchas preguntas respecto a mi participación en la guerrilla y yo respondí tratando, en cada pregunta, de dar respuestas satisfactorias. Para terminar el evento se llevó a cobo el brindis y yo aproveché el momento para agradecer a Alma Gómez y demás integrantes del Comité Primeros Vientos, a Francisco Hernández por su cooperación de cinco mil pesos para la publicación del libro “Del Cuartel a Lecumberri”, a José Luis Aguayo, a Nacho Cárdenas y a todos quienes hicieron posible la presentación del libro.
1ª ASAMBLEA NACIONAL DE IZQUIERDAS SOCIALISTAS
José Luis Alonso Vargas me hizo la invitación a participar en la 1ra. Asamblea Nacional de Izquierdas Socialistas. Consiguió que el hijo de Genaro Vázquez Rojas financiara el costo de mi pasaje (en avión) a la Ciudad de México. El Congreso estaba programado para los días 16 y 17 de abril del año 2005.
El Nuevo Movimiento 23 de Septiembre (antes Colectivo de Ex Militantes del Movimiento Armado Socialista), presentó una ponencia general donde se proponía la creación de una Organización Política Nacional, cuyo nombre podría ser: Frente Socialista o de Izquierdas Socialistas o como allí se decidiera, para llevar a cabo la lucha por los objetivos históricos e inmediatos del pueblo mexicano. El objetivo inmediato del Frente Socialista debería ser la supresión del sistema capitalista y en su lugar la construcción de un sistema socialista, democrático, humano y libertario.
Rosa María y yo llegamos a la Ciudad de México. José Luis Alonso nos hospedó en un hotel que se encuentra muy cerca del Monumento a la Revolución. El día 16 de abril nos trasladamos a la Universidad Obrera de México “Vicente Lombardo Toledano”, que se ubica en el Barrio de Tepito. Llegamos a la Universidad donde ya se encontraban representantes de organizaciones y partidos de izquierda.
La asamblea dio inicio a la hora indicada en el programa. Se le dio lectura a las ponencias por los representantes de cada una de las delegaciones que asistieron al evento. Por indicaciones de José Luis Alonso, di lectura a la ponencia presentada por el Nuevo Movimiento 23 de Septiembre. Después de la lectura de cada ponencia se pedía la palabra y se opinaba respecto al contenido de la misma. Se daba un intercambio de opiniones a veces un tanto acaloradas. En el receso, Adela Cedillo me regaló una playera con el logotipo del Periódico Madera. También pude saludar a la Dra. Lourdes Uranga y al Diputado Fabricio Gómez Souza ex dirigente del Movimiento de Acción Revolucionaria.
Al día siguiente se dio continuación a los trabajos de la asamblea. A iniciativa de José Luis Alonso, en el receso, se llevó a cabo la presentación del libro “Del Cuartel a Lecumberri”. El Chelis fungió como moderador; la compañera Luz María Aguilar Terrés hizo la presentación. En la sección de preguntas y respuestas hubo intervenciones, por parte de los asistentes, muy aceptables y una que me pareció un tanto agresiva pues un joven pidió la palabra y me dijo: “Qué, ¿estas proponiendo la lucha armada?” Mi respuesta fue que no, que la lucha armada en ésta etapa del movimiento revolucionario ya había pasado a la historia; que yo venia proponiendo, desde hacia dos años, la creación de una Izquierda Revolucionaria Autentica; que coincidía precisamente con la propuesta de la ponencia del Nuevo Movimiento 23 de Septiembre; que en todo caso, la lucha armada vendría como consecuencia de un movimiento revolucionario generalizado. Así finalizó la presentación del libro.
La asamblea siguió su curso y al término de la misma los asistentes, de pie y con el puño izquierdo en alto, gritaban consignas revolucionarias.
40 ANIVERSARIO DEL ASALTO AL CUARTEL MILITAR DE CIUDAD MADERA
Rosa María y yo abordamos el autobús con destino a Nuevo Casas Grandes, Chihuahua; en ésta población permanecimos tres horas y media aproximadamente, pues el autobús que nos llevaría a Ciudad Madera salía a la una de la tarde. Cuando llegamos a Ciudad Madera, descendimos de autobús y allí, en la terminal, nos estaban esperando dos personas, hombres jóvenes, a quien yo no conocía. Se presentaron; nos dijeron que iban de parte de José Luis Alonso, el Chelis, quien les había encomendado que nos llevaran a Hostal Peñitas, donde ya se encontraban algunos compañeros y compañeras ex militantes del Movimiento Armado Socialista. Abordamos la camioneta; el chofer enfiló hacia el lugar donde se encontraban los compañeros que participarían en los eventos del homenaje a los revolucionarios caídos en el asalto al cuartel militar, el 23 de septiembre de 1965. Cuando íbamos en camino aquellos jóvenes empezaron a platicar y nosotros accedimos a la charla. El copiloto me hizo algunas preguntas a las que traté de dar respuesta. “¿Por qué –preguntó- Salvador Gaytán no participó en el asalto al cuartel?”. Bueno, -le contesté- él dijo que no llegaron porque no pudieron cruzar un rio crecido. “Y… ¿Cuánto tiempo lo estuvieron esperando?”. El asalto estaba programado para el día 15 y se llevó a cabo hasta el 23 de septiembre. “¿Y en ocho días no bajó el nivel del agua?”. No pues, no sé; eso fue lo que él dijo. “¿Por qué no anduvo en el grupo de Oscar González?”. No sé, no tengo idea. “Cuando ustedes desarmaron a los judiciales ¿Por qué les perdonaron la vida?”. Bueno, el plan era ajusticiar al jefe del grupo, a Rito Caldera, pero yo hablé con Arturo Gámiz y le dije que no lo fusilara; Arturo me preguntó que por qué, yo le expliqué que en aquel momento era preferible no hacerlo; tú sabes –le dije- que el gobierno y la prensa dicen que somos roba vacas, gavilleros, asesinos y no se cuantas cosas más; si lo ajusticiamos van a manejar el hecho a su favor, poniéndolo ante la opinión pública como prueba de que somos asesinos. Arturo les preguntó a los otros compañeros que si estaban de acuerdo a lo que Salomón Gaytán contestó que no, que el ajusticiamiento era parte del plan y que tenia que llevarse a cabo; después de un breve intercambio de palabras Arturo logró convencerlo. Fue así, como se le perdonó la vida al jefe de los judiciales. “Bueno, -dijo el joven- si fue por eso…” Al parecer mis respuestas no fueron muy convincentes pero la plática terminó, pues ya habíamos llegado a las cabañas.
A la entrada del conjunto de cabañas se encontraba la que hacia las veces de recepción; nos atendió el encargado, un hombre mayor de edad muy platicador, a quien se le pagó el costo del hospedaje; luego, nos llevó a la cabaña que ocuparíamos mi compañera y yo. De allí pasamos a la cabaña donde se encontraban reunidos los compañeros José Luis Alonso, Bertha Vega, Lourdes Uranga, Rosa María González, Bertha Lilia Rodríguez y otros compañeros. Cuando decidieron que debíamos retirarnos a descansar, Rosa María González se fue a dormir a la cabaña que ocupábamos nosotros. Al día siguiente nos levantamos temprano y nos dirigimos a Ciudad Madera para participar en los trabajos programados, relativos al evento. Buscamos un lugar donde pudiéramos desayunar, encontramos una lonchería y cada quien ordenó su desayuno. Bertha Vega le hizo un comentario a Lourdes Uranga respecto a que en el libro “El Asalto al cuartel de Madera” no se me daba el crédito como autor y preguntó si había la posibilidad de una nueva edición donde se me diera dicho crédito. Lourdes Uranga se comprometió a buscar la posibilidad en la Universidad de Chapingo; luego, nos pusimos de acuerdo para que yo le hiciera llegar los cambios necesarios.
En la estación de radio local, la XESW Radio Madera, una locutora daba a conocer el programa de actividades del homenaje a los caídos en el asalto al cuartel de Ciudad Madera, que era el siguiente: Invitación especial a nuestras autoridades municipales y estatales; a organizaciones de lucha social; a personalidades distinguidas, medios de comunicación y ciudadanía en general. A las 10 de la mañana habrá una ofrenda floral en el panteón municipal, con la participación de los diferentes grupos asistentes, con discursos alusivos al 23 de septiembre. A las 12: 30, conferencia en el salón Ejido el Largo. Bienvenida a todos los asistentes. Presentación de nuestras autoridades locales, estatales y grupos de de lucha social. Presentación de los veteranos del 23 de septiembre. Palabras de nuestro presidente municipal. Discurso por un diputado local. A las 3 de la tarde invitación a la comida que se prepara en el ejido Arturo Gámiz. Atentamente Coordinación de Fracciones Democráticas, región Madera y Ejido Profesor Arturo Gámiz.
Nos dirigimos a la radiodifusora donde nos esperaban para unas entrevistas. El locutor de la radio entrevistó a Salvador Gaytán, a la profesora Paula Lima Escárcega, al profesor Gerardo Villalba Sánchez, a Rosa María González y a mí. Luego de las entrevistas, la joven locutora, Janet, me dijo que si podía concederle una entrevista; le contesté que con mucho gusto y me citó para la 1:30 de la tarde.
En el panteón municipal, cuando se llevaba a cabo el homenaje, pude ver y saludar a más compañeros ex militantes del movimiento armado y de grupos de lucha social. En el homenaje participaron: Alma Gómez y su esposo, Eduardo Gómez, Magdalena Ortiz, francisco Ornelas, Salvador Gaytán, Ramón Mendoza, Minerva Armendáriz y otras personalidades que también asistieron al evento.
A la 1:30 de la tarde hice acto de presencia en la radiodifusora para cumplir con el compromiso contraído con la locutora Janet.
Al terminar la conferencia partimos hacia el Ejido Arturo Gámiz; cuando llegamos, los camaradas del ejido ya tenían todo listo para degustar una riquísima barbacoa de res. Allí tuve oportunidad de charlar brevemente con Minerva Armendáriz; también se acercó una joven que dijo ser periodista de El Heraldo de Chihuahua, me dijo que pensaba escribir un libro y quería ir a la Ciudad de Agua Prieta, para entrevistarse conmigo y con mi familia; le contesté que con mucho gusto y le di mi numero de teléfono para ponernos de acuerdo. Tal vez desistió de su intento, pues no volví a tener noticias de ella. Luego me abordó un periodista de México, con quien sostuve una charla a manera de entrevista.
Pernoctamos en el ejido. Los compañeros ejidatarios nos prestaron una casa donde dormimos Bertha Lilia Rodríguez, Rosa María González, Rosa María mi compañera y yo. Al día siguiente, por la mañana, nos llevaron a casa de la familia de uno de los dirigentes del ejido y nos invitaron a desayunar un recalentado de barbacoa con tortillas de harina recién hechas ¡riquísimo!
Salimos rumbo a Ciudad Madera. El convoy se detuvo en una desviación que conducía a unas ruinas arqueológicas conocidas como las 40 casas; algunos compañeros querían ir a las ruinas, pero, al parecer el camino no estaba en buenas condiciones y desistieron del intento. Llegamos a Ciudad Madera y de allí partimos a nuestro lugar de origen.
3ª EDICIÓN DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE CIUDAD MADERA”
La Doctora Uranga me habló para avisarme que ya se había publicado la 3ª edición del libro “El asalto al Cuartel de Ciudad Madera”. También me informó que se estaba organizando la presentación del libro, misma que se llevaría a cabo en La Universidad Autónoma de Chapingo, que se ubica en el kilometro 38.5, carretera México-Texcoco, Chapingo, estado de México. Me dijo que el Ingeniero Ciriaco Ayala Sánchez me estaba invitando, con gastos pagados, para que los acompañara en el evento.
Me trasladé a la Ciudad de México. En el aeropuerto internacional me estaban esperando Lourdes Uranga y Gladys G. López. Al día siguiente nos trasladamos a Chapingo; nos acompañó José Luis Alonso Vargas. Hicimos acto de presencia en el lugar y a la hora indicada en que se iba a realizar el evento.
En la mesa del presídium estuvimos la Dra. Lourdes Uranga, autora del prologo del libro y moderadora del evento; el Ing. Ciriaco Ayala Sánchez, jefe del Departamento de Publicaciones, presentador del libro; otro Señor (no recuerdo el nombre), erudito en la materia que disertó sobre el contenido del libro, y yo. Como público asistente solo se encontraba el Chelis, Gladys G. López y otras 5 o 6 personas más. De cualquier manera se llevó a cabo la presentación. Al terminar el evento recibí una dotación de libros; la Dra. Uranga me informó que había conseguido permiso para que yo pernoctara en las instalaciones de la universidad, pero Chelis nos dijo que él tenía un departamento en la Ciudad de México donde me podía quedar. Partimos hacia el Distrito Federal; yo me sentía abatido por la poca asistencia de público en el evento.
La Doctora Uranga organizó una velada en el Distrito Federal; el evento se llevó a cabo en un Café Literario donde se podían observar algunas manifestaciones artísticas (playeras con logotipos alusivos al Movimiento Armado; los bancos estaban decorados con pinturas al óleo, etcétera) que daban un toque especial a la reunión. Hicieron acto de presencia miembros de la familia López Hernández, el compañero Valdemar Villarreal acompañado por otros ex militantes del Movimiento de Acción Revolucionaria, amistades de la Dra. Uranga, José Luis Alonso Vargas, Pedro Marín y otros camaradas. Un conjunto musical amenizó la velada. La charla versó en torno al contenido de mi libro. En pocas palabras, aquella reunión de amigos y camaradas superó, en mucho, la presentación del libro en la Universidad de Chapingo.
Me quedé en casa de la familia López Hernández. Al día siguiente Gladys, Carmen y Pedro Marín me llevaron a un lugar de esparcimiento o parque recreativo. Un lugar campestre, con agua corrediza, arboles, establecimientos expendedores de comida y todo para el entretenimiento y la diversión. Allí estuvimos varias horas; comimos, platicamos, recordamos viejos tiempos y disfrutamos el paseo. Nos despedimos de las compañeras; les di las gracias por todas sus atenciones, las invité a conocer Sonora y desde luego Agua Prieta. Nos fuimos a casa de Pedro Marín, conviví con su familia y allí pasé la noche.
Por la mañana salimos Pedro y yo, abordamos el “metro” y nos dirigimos al aeropuerto internacional de la Ciudad de México. En la terminal aérea hice el trámite correspondiente para abordar el avión. Nos despedimos, entré a la sala de espera y minutos más tarde volaba hacia el estado de Sonora.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “EL ASALTO AL CUARTEL DE CIUDAD MADERA”
En el marco de la celebración del XIX Simposio de la Sociedad Sonorense de Historia, tema: “Juárez y el Juarismo en Sonora”; celebrado del 27 de noviembre al 2 de diciembre del 2006, en el Auditorio Ing. Armando Hopkins Durazo, en la Casa Uruchurtu, Rosales 123, Colonia Centro, Hermosillo, Sonora. Se llevó a cabo la presentación del libro “El Asalto al Cuartel de Ciudad Madera”; a sugerencia de José Luis Alonso Vargas y organizada por Cesar del Pardo Escalante.
Mi compañera Rosa María y yo llegamos a la terminal de Autobuses, en Hermosillo, Sonora. Cesar del Pardo pasó por nosotros y nos llevó a su casa. Nos invitó a comer y luego platicamos para ponernos de acuerdo respecto a la actividad antes mencionada.
Cesar del Pardo también organizó una presentación en la Universidad de Sonora (UNISON). En el auditorio de la Facultad de Economía donde se llevó a cabo el evento, hicieron acto de presencia muchos jóvenes, quienes mostraron interés por el tema que se daría a conocer. También estuvo con nosotros el diputado por el PRD, Reynaldo Millán, apodado “El Diablo”. Luego de presentar a las personalidades que me acompañaban en la mesa del presídium, los Señores Armando Moreno, moderador del evento y Rubén Duarte, presentador del libro, se llevó a cabo la presentación; al terminar, los estudiantes hicieron muchas preguntas a las cuales di respuesta, tratando de ser lo más explícito posible. Este acontecimiento fue para mí de mucha satisfacción.
Arribamos al auditorio Ing. Armando Hopkins Durazo, en la Casa Uruchurtu, donde tuve la oportunidad de conocer y platicar con el Historiador Ignacio Lagarda L., y otras personalidades Sonorenses. En esta ocasión me acompañaron los Señores Alfonso Torúa, presentador del libro y Rubén Duarte, moderador del evento.
Tomamos nuestros lugares en la mesa del presídium. Se hicieron las presentaciones de rigor y se procedió a dar inicio a la presentación del libro. El Señor Rubén Duarte concedió la palabra al Sr. Alfonso Torúa quien hizo una disertación respecto al contenido de mi libro. Al término de la misma, los asistentes, participativos y entusiastas, me hicieron muchas preguntas, a las cuales traté de contestar de manera correcta.
La Sociedad Sonorense de Historia me otorgó un reconocimiento por mi participación, con la presentación del libro “El Asalto al Cuartel de Ciudad Madera”, en el XIX Simposio de Historia regional.
Cesar del pardo me informó que estaba programada una entrevista en una radiodifusora de la localidad. Fuimos a Radio Bemba; la entrevista se llevó acabo y a una serie de preguntas relativas a mi participación en el movimiento armado respondí tratando siempre de ser puntual en mis aseveraciones. Me formularon la pregunta, casi obligada, sobre mi opinión respecto a la posibilidad de hacer resurgir la lucha armada. Mi respuesta fue que la lucha armada, en la etapa actual del movimiento revolucionario, ya había pasado a la historia; que mi propuesta era la creación de una izquierda revolucionaria autentica que actúe con inteligencia, que emprenda acciones importantes tendientes a neutralizar el efecto enajenante al que se está sometiendo a nuestro pueblo; a rebasar el avance de los poderosos sobre estrategias y preparación de sus cuerpos represivos para aniquilar cualquier brote de rebeldía que pudiera presentarse; que la lucha armada, en todo caso, se daría como consecuencia de un movimiento revolucionario generalizado, porque los poderosos tratarán de mantenerse en el poder, sin ceder un ápice en su ambición de privilegios y riquezas. Hasta ahí llegó la entrevista. Tuve la sensación de que mi respuesta no había sido la esperada.
HOMENAJE A MIGUEL QUIÑONES PEDROZA
Invitados por el Profesor José Gerardo Alvarado, mi compañera y yo viajamos a Gómez Palacio, Durango, para asistir al homenaje a Miguel Quiñones Pedroza, el cual se llevaría a cabo en la Casa de la Cultura “José Revueltas” ubicada el Villa Juárez, población cercana a Gómez Palacio. En la reunión estuvimos presentes el Profesor Alvarado, familiares del compañero Miguel Quiñones, personalidades invitadas al evento, Rosa María mi compañera, y yo. El Profesor Alvarado habló de la personalidad de Miguel Quiñones, de sus actividades como profesor en la Sierra tarahumara y de su participación en el asalto al cuartel de Ciudad Madera; también dio a conocer los avances de su libro “Una Alborada Para Miguel”.
El profesor Alvarado solicitó mi presencia ante el micrófono. Habían circulado unas hojas donde se formulaban 4 o 5 preguntas; una de las preguntas se refería a los cambios generados en el país a consecuencia del movimiento armado revolucionario. Mi respuesta terminaba más o menos así: …desde luego que ha habido cambios importantes en el país; pero, desgraciadamente, en su mayoría están siendo aprovechados por los poderosos.
Para entonces, mis problemas de salud se manifestaban con más frecuencia. El Profesor Alvarado llamó a una Doctora para que me auscultara; el diagnóstico de la Doctora fue que mi padecimiento no era de gravedad; sin embargo, de regreso al estado de Chihuahua, invitados por la Profesora Estela Quiñones nos quedamos tres días en su casa, en Ciudad Delicias, para recuperar mi salud. Aprovechando nuestra estancia en la ciudad, la profesora Estela nos llevó a conocer la presa Francisco I. Madero que se localiza en el municipio de Rosales, muy cerca de Ciudad Delicias. Nos invitó a un lugar donde servían un pescado riquísimo. Después, en Ciudad Delicias, fuimos a casa de Don Tiburcio y Doña Herculana, padres de José Juan Fernández Adame. Me dio un gusto enorme poder verlos y saludarlos después de tantos años.
Por segunda ocasión fuimos invitados al homenaje en honor del compañero Miguel Quiñones. Desayunamos en casa del Sr. Alvarado; luego, nos trasladamos a la Normal Superior de la Laguna y de allí a la Casa de la cultura “José Revueltas”. Nuevamente se contó con la presencia de las hermanas de Miguel Quiñones; de Eduardo Gómez, Francisco Ornelas y Nacho Cárdenas; de Magdalena Ortiz y Ma. Concepción Luna C.; de Armando Otto Gaytán y su esposa; de Rosa María y yo; también hicieron acto de presencia un grupo de estudiantes y algunas personas de la localidad.
La velada transcurrió entre discursos relativos al homenaje, canciones y bailables regionales. La profesora Magdalena Ortiz y su amiga María Concepción, cantaron el corrido “Madera”. Allí mismo se sirvió una cena que saboreamos con gusto y al final las fotos del recuerdo.
Al día siguiente, el profesor Alvarado pidió a Nacho Cárdenas que nos llevaran al ejido La Loma, municipio de Lerdo, Durango. En éste lugar se encuentra la Ex Hacienda “La Santísima Trinidad”, más conocida como “Hacienda La Loma”, ahora convertida en museo de la revolución.
El 29 de septiembre del año de 1913, en dicha hacienda se juntaron varios jefes militares revolucionarios para constituir la División del Norte. Allí se le otorgó a Francisco Villa el cargo de comandante en jefe de dicha división.
También fuimos a la Ciudad de Torreón a una casa de seguridad donde, en tiempos de la guerrilla, se dio un enfrentamiento entre guerrilleros y fuerzas federales, con saldo a favor de las huestes del gobierno. En la casa se apreciaban muchos impactos de bala.
De regreso, nos vinimos con Armando Gaytán y su esposa; nos hicieron el favor de llevarnos hasta la terminal de autobuses en la Ciudad de Chihuahua. Allí abordamos un autobús para trasladarnos a la Ciudad de Agua Prieta.
DOÑA MARÍA HERCULANA ADAME DE LA CRUZ
Me encontraba en mi casa descansando, con cierta dosis de fastidio por no tener, de momento, algo en que ocupar mi tiempo. Sonó el teléfono, levanté el auricular y escuché la voz de mi amigo y camarada el Profesor José Gerardo Alvarado. Me saludó gustoso y contesté al saludo de manera cordial. “Estimado Florencio –me dijo- le hablo para invitarlo a un evento que estamos organizando en homenaje a Doña Herculana Adame y a su hijo José Juan, en Santa Rosalía la tierra de donde eran originarios. Por gastos no se preocupe yo me comprometo a proporcionarle todo lo necesario.” Acepté la invitación y quedamos de comunicarnos nuevamente para afinar detalles.
Pasaron los días y el Profesor Alvarado se comunicó nuevamente para decirme que el evento se llevaría a cabo el día 20 de abril del 2016. Días después me habló otra vez para decirme que ya estaban anticipados los boletos en Aeroméxico; luego, a través de un correo electrónico, recibí la documentación donde se especificaban días, fechas y horarios de los vuelos. Yo abordaría a las 16: 12 del día 19 de abril, en la ciudad de Hermosillo.
Recibí otra llamada telefónica; era el camarada José Luis Alonso Vargas (Chelis). Luego de saludarnos me dijo: “supe que vas a Torreón”. Sí –contesté- me invitó el Profesor Alvarado a un evento en homenaje a Doña Herculana Adame. “Yo también voy –me dijo-, allá nos vemos”. Ah, que bien, -contesté- entonces allá nos vemos. Le comenté que viajaría en autobús hasta Hermosillo y que allí abordaría el avión hacia Torreón. “Háblale a Ignacio Lagarda –me dijo- para que te eche la mano en Hermosillo”. No tengo su teléfono –contesté- háblale tú, hazme el favor.
Sonó el timbre de mi celular y al contestar supe que era una dama quien llamaba. “Le hablo de parte de los señores Lagarda –me dijo- para saber a qué horas llega usted a Hermosillo”. Mire –le dije- yo salgo de Agua Prieta a las 5:30 de la mañana y llego a Hermosillo más o menos a las 12:00 del día. Nos despedimos; yo me comprometí a llamar un poco antes de llagar a la ciudad. A la hora indicada abordé el autobús en Agua Prieta; ya casi para llegar a Hermosillo recibí otra llamada, ahora se trataba de un hombre quien me dijo que los Señores Lagarda me pedían mil disculpas pero que por motivos de trabajo no me podían atender.
Serian las 12:30 del día cuando pedí a un taxista me llevara al aeropuerto de Hermosillo. Unos minutos antes de las 4:00 de la tarde abordé el avión ERJ-145 JET, el cual, voló durante una hora para hacer escala en el aeropuerto de la ciudad de Chihuahua. Minutos después reanudamos el vuelo y en 45 minutos aterrizó en el aeropuerto de la ciudad de Torreón; los profesores José Gerardo Alvarado y Nacho Cárdenas ya me estaban esperando. Nos trasladamos al hotel Posada del Rio, donde me tenían reservada una habitación; me dijeron que luego de instalarme fuera a cenar al restaurante. Estaba degustando un rico filete de pescado al mojo de ajo cuando escuché una voz de mujer que decía: “¿Donde estará Florencio? Ah, míralo aquí está”. Era la voz de Silvia Fernández Adame, hija de Doña Herculana, quien iba acompañada por su nuera, su nieto, otra compañera y Pablo Cabañas Barrientos. Cenamos, nos fuimos a descansar para, al día siguiente, estar listos a las 6:00 de la mañana, hora en que pasarían por nosotros.
Serian las 6:15 de la mañana del día 20 cuando salimos de nuestras habitaciones; fue entonces cuando tuve el gusto de saludar al Sr. Lorenzo Meyer. Cuando salimos del hotel ya nos estaba esperando el chofer de una camioneta VAN de modelo reciente, que habría de trasladarnos a Santa Rosalía. Se me informó que José Luis Alonso Vargas no nos iba a acompañar por problemas de salud. Avanzamos unas cuadras y pasamos por Nacho Cárdenas; más adelante recogimos a un grupo de estudiantes para luego enfilar hacia Santa Rosalía. Recorrimos algunos kilómetros, pasamos por varias poblaciones hasta llegar a donde se terminaba el pavimento. De allí en adelante pasaríamos por tramos en muy malas condiciones, es decir, transitamos casi por pura terracería. Una patrulla de la policía fue a encontrarnos para guiarnos hasta la localidad sede del evento. Llegamos a Santa Rosalía, comunidad pintoresca de ambiente campirano que me hizo recordar tiempos lejanos, tiempos de mi infancia cuando viví con mi abuela, Doña Lorenza Carrasco. En la escuela de la localidad había mucho movimiento; empleados y trabajadores del ayuntamiento preparaban el escenario, en la cancha techada de básquet bol, donde se llevaría a cabo el evento. Nos recibió una joven funcionaria del H. Ayuntamiento; luego de los saludos y de un breve intercambio de palabras, nos llevó a un pequeño salón donde ya nos esperaba un rico desayuno elaborado por manos de mujeres campesinas; eran gorditas de harina rellenas de huevo, chile colorado con papas y de tomar buen vaso de refresco.
Minutos después hizo acto de presencia la licenciada Silvia Rangel, presidenta municipal de Gral. Simón Bolívar, Durango., acompañada de algunas personalidades de la localidad. También hicieron su arribo los Señores Profesor José Gerardo Alvarado y Doctor Lorenzo Meyer.
Dio inicio el evento donde se declaraban Héroes del Pueblo a la Señora Doña María Herculana Adame de la Cruz y su hijo José Juan Fernández Adame, por su participación en la lucha campesina que culminó en el Asalto al Cuartel Militar de Ciudad Madera, Chihuahua.
El comisario ejidal se encargó de dar la bienvenida a las personalidades y pobladores presentes en el evento. La Licenciada Rangel hizo las presentaciones de rigor, para luego continuar con la participación de algunos de los presentes, con discursos alusivos a Doña Herculana y su hijo José Juan.
El compañero Nacho Cárdenas interpretó el corrido de “Don Epigmenio y Manuel”, que a la letra dice: “En la hacienda del Aguaje/ vecina de Rosalía/ se mataron dos cuñados/ pues así les convendría”/, etc.; también cantó el corrido de su autoría, “Los sobrevivientes de de Madera”.
Grupos de jóvenes estudiantes, de Gral. Simón Bolívar y de Ciudad Juárez, Durango, nos deleitaron con algunos bailables folklóricos y un joven, de la región, interpretó dos o tres canciones.
Se me invitó a pasar al pódium, pero antes, el profesor Alvarado pidió el micrófono e hizo una breve semblanza de mi participación en el Movimiento Armado; luego, haciendo uso de la palabra dije lo siguiente: “El Profesor Arturo Gámiz y Salomón Gaytán decidieron mandarme a la ciudad de Chihuahua, por ser yo el menos identificado de los integrantes del grupo; la encomienda que llevaba era hacer contacto con los compañeros de la red urbana, solicitarles información respecto a la situación política en la ciudad y también apoyo logístico, es decir: dinero, alimentos, balas, ropa, calzado, etc. Ya estando en la ciudad me dirigí a casa de Guadalupe Jacott, luego hice contacto con algunos compañeros y les di a conocer la misión que me llevaba ante ellos. Estuvieron de acuerdo en proporcionar la ayuda solicitada pero tres días después regresó el compañero Oscar González y me dijo que yo ya no iba a regresar a la sierra porque el compañero Arturo Gámiz había decidido bajar al resto de los integrantes del grupo; que la razón era que Arturo pensaba reclutar más elementos y se les iba a entrenar en cursos de capacitación ideológica y militar. Me puse en contacto con Arturo Gámiz; me autorizó a que fuera unos días a Nuevo Casas Grandes; después me llamó y me dijo que ya nos íbamos a la ciudad de México; “por lo pronto –me dijo- te vas a estar unos días en casa del compañero Matías, luego pasará por ti el compañero Oscar Sandoval”. Fue así como llegué, conocí y conviví algunos días con la aguerrida familia Fernández Adame y, desde luego, con aquella gran luchadora social, la señora Doña Herculana Adame de la Cruz. Muchas Gracias”.
La presidenta municipal, Licenciada Silvia Rangel, recibió, de manos del Profesor José Gerardo Alvarado, la placa conmemorativa del homenaje a Doña Herculana y su hijo José Juan; también entregó reconocimientos a varios de los participantes en el evento. Yo recibí un reconocimiento y una caja de dominó tallada en mármol.
Terminado el evento abordamos la camioneta VAN y emprendimos el viaje de regreso a Torreón. Ya estando en la ciudad, comimos en el restaurante del hotel. José Luis Alonso, habiendo ya superado su problema de salud, se incorporó a nuestro grupo. De allí salimos hacia el Teatro Alberto N. Alvarado, donde se entregaría la presea John Reed al Dr. Lorenzo Francisco Meyer Cossío, periodista, historiador y académico; profesor emérito de El Colegio de México y miembro emérito del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México; licenciado en relaciones internacionales, por el Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México; doctor en Relaciones Internacionales por el Colegio de México, con estancia posdoctoral en el departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago. Llegamos al Teatro Alberto N. Alvarado. La gente empezaba a concentrarse en el recinto. Llegó gente de MORENA; saludé a la profesora Gloria Torres y a Cuca Lugo Licerio. Personal de la Casa de la Cultura José Revueltas, de Ciudad Juárez Dgo., soporte elemental de Proyecto Cultural Revueltas, muy activos, daban los últimos toques organizativos previos al inicio del acto cultural. El Dr. Lorenzo Meyer y otras personalidades subieron al estrado. La joven conductora del programa hizo las presentaciones y, en primer lugar, dio la palabra al Sr. Eric Alejandro Reyes Ramírez, subdirector de Comunicación de la UAAAN-UL, quien disertó sobre la trayectoria cultural del Sr. Meyer. Hicieron uso de la palabra otros oradores. Continuando con la programación, le fue cedida la palabra al Sr. Luis Fernando Gonzales Achem, presidente de la fundación John Reed quien, luego de externar su opinión respecto a la trayectoria histórico-cultural del Sr. Meyer, procedió a entregarle la medalla al merito. El Dr. Lorenzo Meyer hiso uso de la palabra para, principalmente, agradecer la distinción de haber sido galardonado otorgándole la medalla John Reed. Al terminar el evento, la joven conductora dio las gracias a los asistentes e hizo la invitación, para el día siguiente, a las conferencias de los señores Lorenzo Meyer, Florencio Lugo y a la develación del busto de Emiliano Zapata.
Salimos hacia el hotel donde estábamos hospedados; pasamos al restaurant, cenamos y nos retiramos a nuestras habitaciones dispuestos a descansar. Al llegar a la habitación que yo ocupaba encontré el equipaje del compañero Francisco Ornelas, lo cual significaba que ya estaba en el hotel. Al día siguiente, después del desayuno, recogimos nuestro equipaje y partimos hacia las instalaciones de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro –Unidad Laguna -. El compañero Nacho Cárdenas nos condujo hacia una oficina donde se nos permitió dejar nuestro equipaje y, mientras se llegaba la hora del inicio de los eventos que se iban a realizar, sostuvimos una muy animada charla con el Sr. Eric Reyes, funcionario de la universidad.
Nos avisaron que el evento iba a dar inicio, nos trasladamos al recinto donde se llevaría a cabo y nos acomodamos en los asientos de enfrente; entró otro grupo de personas que también tomaron asiento en la primera fila. Hizo acto de presencia el Sr. Eric reyes e inició el acto dando la bienvenida a la concurrencia; presentó a los invitados especiales y a las personas que acababan de llegar informando, a la vez, que eran presidentes municipales procedentes del estado de Morelos y que eran los donadores del busto de Emiliano Zapata que sería develado al terminar las conferencias. El evento empezó con la participación de todos los presentes, en el Record Mundial de Lectura Colectiva, organizado por Proyecto Cultural Revueltas. Se dio lectura al documento titulado “El sueño de Pancho Villa”, del periodista y escritor John Reed. A continuación, el Sr. Eric Reyes anunció la participación del Dr. Meyer y lo invitó a pasar al pódium. El público asistente escuchó con atención la cátedra histórico-política externada por el Sr. Lorenzo Meyer y al terminar su intervención, se continuó con la sesión de preguntas y respuestas a las que respondió con precisión y contundencia.
Los encargados de amenizar el evento fueron los Profesores Nacho Cárdenas y Pablo cabañas Barrientos; el compañero Nacho interpretó el corrido a los mártires de madera y también el de los sobrevivientes. Mientras Pablo Cabañas se preparaba para su intervención musical, El compañero José Luis Alonso Vargas pasó al frente e hizo una breve semblanza sobre la trayectoria revolucionaria del guerrillero Lucio Cabañas Barrientos. Pablo Cabañas Barrientos cantó dos corridos de su autoría, uno al guerrillero guerrerense Lucio Cabañas.
Se anunció mi participación y la de Francisco Ornelas; Paco me preguntó: “¿Quién empieza?” Empieza tú –le contesté-; se apersonó en el pódium, externó parte de su experiencia adquirida en el Asalto al Cuartel de Ciudad Madera y de sus conocimientos en política; al terminar continuó con las preguntas y respuestas. Alguien del público pidió la palabra y dijo -palabras más palabras menos- lo siguiente: “Qué caso tiene recordar a los muertos, propongo hablar de cosas más importantes, de lo que estamos viviendo actualmente…” El compañero Ornelas respondió haciendo caso omiso a la propuesta recibida, dio respuesta a dos o tres preguntas más y terminó su participación.
Se me invito a pasar al frente; luego de saludar a la concurrencia di lectura a un documento que es la síntesis de mi experiencia adquirida desde mi participación en las invasiones de tierra en la Morita, municipio de Janos Chih., hasta el Asalto al Cuartel de Ciudad Madera. Al terminar la lectura, la profesora Elda Nevárez Flores pidió la palabra y dijo: “Más que una pregunta, Florencio, quiero dirigirme al público”; respondiendo a la persona que dijo “Qué caso tiene recordar a los muertos”, habló de manera muy enérgica expresando la importancia de los hechos y manifestando su gran admiración por los participantes en el movimiento armado y por los revolucionarios caídos en el asalto al cuartel de Ciudad Madera. A continuación pidió la palabra Francisco Javier García Ramírez, más conocido como el “Encadenado”; se le conoce con éste apodo por haberse encadenado a una silla en la cámara de diputados, protestando por una violación a sus derechos humanos; también supe que fue regidor en Cuencamé, Durango. Francisco Javier no formuló pregunta alguna; estuvo hablando durante algunos minutos hasta que el Sr. Reyes se acercó discretamente y algo le dijo en voz baja; luego, me dio las gracias por mi participación.
Se nos invitó a pasar a otra área del lugar en donde se develaría el busto de Emiliano Zapata. Se entonó el himno nacional mexicano acompañado con los acordes de la banda de guerra de la universidad. Con la presencia de los presidentes municipales del estado de Morelos y la participación oral de los Señores Lorenzo Meyer, Eric Reyes y uno de los presidentes, fue develada efigie del caudillo morelense; a continuación la rondalla de la UAAAN, nos deleitó con algunas canciones. Pasamos al comedor y disfrutamos de una excelente y muy sabrosa comida.
El Profesor Alvarado, el Dr. Meyer, Nacho Cárdenas y yo nos trasladamos al Aeropuerto de la ciudad de Torreón. Solicitamos los boletos de abordar, el Dr. Meyer documentó su equipaje y en seguida pasamos al restaurante donde tomamos un refrigerio mientras esperábamos la hora de abordar. Llegado el momento, nos despedimos del Profesor Alvarado y de Nacho Cárdenas. El Sr. Meyer y yo pasamos a revisión; subimos a la sala 1, donde esperaríamos la salida del avión EMBRAER EMB E90 JET de Aeroméxico. Volaríamos a la Cd. de México donde yo trasbordaría para volar a Hermosillo. El Sr. Meyer hizo una llamada telefónica y se alejó un poco de donde nos encontrábamos. Escuché que estaban solicitando mi presencia en el módulo de información; me presenté en el módulo, donde se me informó que el vuelo que estábamos esperando llegaría con retraso por lo que no llegaría a tiempo para abordar el vuelo a Hermosillo. Me ofrecieron dos opciones: volar a México, pernoctar en la ciudad para, al día siguiente tomar otro vuelo hacia Hermosillo o quedarme en Torreón y en la mañana abordar y viajar a Hermosillo. Escogí quedarme a dormir en Torreón. La joven empleada de la línea aérea me entrego dos boletos para cena y desayuno en el restaurante del aeropuerto; un empleado de la línea aérea me llevaría a un hotel y pasaría por mí en la mañana. Olvidé recoger mi pase de abordar pero la joven que me atendió, gentilmente fue y me lo entregó cuando esperaba la cena que había ordenado en el restaurante.
Al día siguiente, a las 6:00 de la mañana, el empleado encargado de mi traslado llegó por mí y me llevó al aeropuerto. Fui a tomar el desayuno, el camarero del restaurante me recomendó chilaquiles o machaca con huevo; pero, por cuestiones de salud no puedo consumir queso, tampoco carne ni huevos, por lo que ordené chilaquiles sin queso; minutos después el mesero regresó con el platillo pero, se les olvidó quitar el queso. Serían las 8:00 de la mañana cuando llegue a la sala 1-A. Poco antes de las 8:45, aborde el vuelo 2344; volamos a la ciudad de Chihuahua, donde la aeronave hizo escala, y de allí a la ciudad de Hermosillo. A la 12:15 de la tarde aborde el autobús en la terminal de TUFESA; poco después de haber salido de Hermosillo empecé a sentir cierto malestar y dolor al lado izquierdo de mi estómago; cinco horas después aproximadamente, llegamos a la ciudad de Agua Prieta.
Aquí termino el relato de las actividades en las que en ésta ocasión participé y, principalmente, del homenaje a Doña María Herculana Adame de la Cruz.
ESTELA QUIÑONES PEDROZA
Mi reconocimiento eterno a la Profesora Estela Quiñones Pedroza a quien conocí en Villa Juárez, población cercana a Gómez Palacio, Durango, en la Casa de la Cultura José Revueltas, a donde fuimos, mi compañera Rosa María y yo, invitados por el Profesor José Gerardo Alvarado a un homenaje póstumo en honor del compañero Miguel Quiñones Pedroza. En el evento estuvieron presentes la profesora Estela y sus hermanas entre otros muchos asistentes.
Para entonces, mis problemas de salud se manifestaban con frecuencia por lo que al regresar, la compañera Estela nos invitó, a Rosa María y a mí, a permanecer unos días en su casa en Ciudad Delicias, Chihuahua. Aprovechando nuestra estancia en la ciudad, la Maestra Estela nos llevó a casa de la familia Fernández Adame, donde tuve el gusto de saludar, después de muchos años, a Doña Herculana y Don Tiburcio, Padres de José Juan Fernández Adame.
A partir de entonces, la Maestra Estela y yo mantuvimos contacto vía telefónica y a través de las redes sociales. La vi por última vez en Nuevo Casas Grandes, el día 13 de mayo del 2015, en el evento organizado por la Profesora Magdalena Ortiz, donde se conmemoró el 50 aniversario del Asalto al Cuartel de Ciudad Madera.
Por ella, por los ideales que la impulsaron a las luchas sociales, por estar siempre a la vanguardia de las causas justas, por su liderazgo en las acciones tendientes a mejorar las condiciones de los más necesitados, por la Maestra Estela Quiñones Pedroza ¡Un recuerdo perenne a su memoria!
Agua Prieta, Sonora. A 23 de julio del 2016.
Raúl Florencio Lugo Hernández.
Descendiente de familia de campesinos sin tierra, nació en el Apache, municipio de Galeana, Chihuahua, el día 30 de enero de 1943; hijo del matrimonio formado por Ramón Lugo Hernández y Celestina Hernández Carrasco. Desde pequeño empezó a darse cuenta de que la situación económica de su familia y de muchas otras familias era adversa, difícil y con muy pocas posibilidades de cambios positivos favorables a la comunidad; con el paso del tiempo, advertiría las causas del estatus social prevaleciente en la región por lo que, ya de joven, se unió a un grupo de solicitantes de tierra, pensando que tal decisión, podría ser la solución a la precaria situación económica que agobiaba a su familia.
Su participación en el grupo de agraristas, fue el inicio de un aprendizaje que después lo llevaría a otros niveles de la lucha social. Su participación en el Grupo Popular Guerrillero y en la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, terminaría en otra experiencia, recia como las anteriores, que fue su reclusión en la cárcel preventiva, conocida como El Palacio Negro de Lecumberri.
Al cumplir su condena de cinco años seis meses, en la penitenciaría de Santa Martha Acatitla, salió del presidio y se trasladó a la ciudad de Agua prieta, Sonora, donde radica actualmente. Sus actividades realizadas en ésta localidad y su participación en eventos político-culturales realizados en varios estados de la república, están plasmados en éste trabajo que él tituló: El Reencuentro.
Janneth Lugo Robles.
Agua Prieta, Sonora.
8 de marzo del 2017.
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