NO A LA VIOLENCIA...

 

NO A LA VIOLENCIA…

No a la violencia dicen… los que conforman la élite económico-política del país, a quienes les hacen eco ciertos luchadores sociales que así disfrazan su cobardía queriendo hacerse pasar por muy conocedores de la problemática política, económica y social que estrangula nuestra patria.

No a la violencia dicen… como si no supieran que la violencia de Estado y de la delincuencia organizada está a la orden del día, en todos los rincones del país.

No a la violencia dicen… y en este mismo instante pueden estar cayendo misiles en cualquier ciudad del mundo sobre la población civil, porque sospechosamente no atacan palacios de gobierno ni cuarteles militares, los ataques van sobre la población indefensa.

No a la violencia dicen… para que la gente de la clase baja, víctima de la violencia y del despojo generalizado no trate de defenderse; para que sea sumisa, obedezca y acepte con resignación su estatus social; a la gente humilde que le han hecho creer que la virgencita de Guadalupe les va a resolver todos sus problemas y que, además, va a interceder por ellos para que dios les conceda el reino de los cielos.

No a la violencia dicen… mientras que miles de niños mexicanos se pierden en el vicio, viven en alcantarillas y piden limosna en las calles para subsistir. Niños que se drogan con inhalantes, que caen en el vicio del tabaco, peor aún, el del alcohol, bebida que no solo daña física y emocionalmente  a quien la consume, sino que destruye amistades, destruye parejas, destruye familias y daña a la sociedad. Pero al gobierno no le importa que lo niños mueran, que los hogares se destruyan, que los jóvenes se hundan en un mar de drogas ¡NO! A los gobernantes burgueses las interesa ganar dinero, venga de donde venga, sin importar el daño que la causen a la sociedad.

.No a la violencia dicen… mientras miles de campesinos arruinados por el TLC (Tratado de libre comercio), se desplazan de sus lugares de origen hacia las grandes urbes o se van a Estados Unidos, donde son víctimas de la discriminación (Igual que en México) por algunos patrones o por el mismo gobierno de dicho país, porque en México no recibieron apoyo económico y a los que tenían cierta capacidad económica no se les dio capacitación por parte  de las instancias correspondientes.

No soy quien, para decir qué se debe hacer y cuando se puede hacer, pero puedo asegurar que será el pueblo, cuando tome consciencia, quien decida si responde con violencia a la violencia institucionalizada o sigue de rodillas por los siglos de los siglos; porque la élite del sistema capitalista y sus gobernantes jamás cederán un ápice en el control que ejercen sobre la economía nacional y sobre la clase empobrecida. 

Raúl Florencio Lugo Hernández. 10/01/2010.

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