LA UNIDAD DE LOS CONTRARIOS.

LA UNIDAD DE LOS CONTRARIOS

El materialismo dialéctico nos brinda la oportunidad de aprender y conocer leyes universales, que rigen todo cuanto se encuentre sobre la faz de la tierra. La materia es energía. La energía no tiene principio ni tiene fin; pero, observa un cambio constante, que transforma la materia y genera múltiples manifestaciones en el contexto general del universo.

Un cambio o transformación en la energía (producido por la manipulación del hombre) es el conocido mundialmente como corriente eléctrica. Las redes eléctricas que envuelven al mundo, están formadas de cableados cuya polaridad consta de: positivo (ánodo) y negativo (cátodo). El punto de fusión del positivo y el negativo es igual a: luz eléctrica.

Algunos descubrimientos científicos que pudieron haber sido de gran utilidad para la humanidad, (el átomo, por ejemplo), han sido utilizados para fabricar armas letales, como la bomba atómica.

La vida, en todas sus manifestaciones, es la transformación natural de la energía. En éste ámbito, la polaridad de la energía confluye físicamente y cuando se da la fusión, negativo y positivo, se genera nueva vida. El punto culminante de éste proceso es conocido como nacimiento.

En la actualidad existen corrientes sociales (promovidas por el sistema económico-político mundial) que pretenden ignorar las leyes de la naturaleza e implantar relaciones unipolares, disfuncionales, que son y serán siempre ilusiones pasajeras.

El conocimiento de las leyes de la naturaleza, a través de la dialéctica, nos indica que la bipolaridad (unidad de los contrarios) existe en todo movimiento o cambio que surja, por intervención del hombre o de manera natural, en el contexto universal.